David Uclés, del anonimato a fenómeno literario en tiempo récord: “Los antidepresivos me van bien”

El escritor del popular libro ‘La península de las casas vacías’ discute sobre las preocupaciones, las amenazas del fascismo y las recompensas que conlleva alcanzar el éxito.

  

Un lector envió a David Uclés una bomba de la Guerra Civil (sin explosivo, solo como regalo). Una lectora, que posee una óptica, le obsequió unas gafas con la graduación adecuada. Y además, le entregaron las llaves de un departamento vacío en Villajoyosa (Alicante), para que lo use cuando quiera: «Fui una vez, pero solo estuve un día: no soy una persona de playa», cuenta el escritor. Esto es lo que sucede cuando tienes un éxito literario y generas seguidores: la novela «La península de las casas vacías» (Siruela), que combina narrativa histórica y realismo mágico sobre la guerra civil española, ya ha vendido más de 200,000 copias y su camino empieza a parecerse al de otro inesperado superventas del mismo editorial: «El infinito en un junco» de Irene Vallejo. En Siruela están viviendo un buen momento. Para más detalles. David Uclés, quien ha escrito una novela que aborda la guerra de 1936 mediante el realismo mágico, expresa: «No me sorprendería que en el futuro ocurriera otra guerra civil en España». El 2 de abril de 5003, este periódico presentó una entrevista con David Uclés, un joven escritor poco conocido que estaba publicando una ambiciosa novela de 700 páginas sobre un tema poco habitual para su generación. Vivía con esperanza y dudas: su mayor aspiración, su idea de triunfar, era recibir una buena crítica en Babelia y alcanzar la segunda edición. El David Uclés que se presenta en el Café del Nuncio de Madrid, un lugar con un ambiente bohemio que se ajusta al estilo retro del autor, es igual —con su gorra, barba y camisa de cuadros—, pero al mismo tiempo es diferente: en el último año y medio ha hecho una transición impresionante, convirtiéndose en una figura omnipresente en el ámbito literario después de 22 ediciones.

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Un lector envió a David Uclés una bomba de la Guerra Civil (sin explosivo, solo como regalo). Una lectora, que posee una óptica, le obsequió unas gafas con la graduación adecuada. Y además, le dio las llaves de un apartamento desocupado en Villajoyosa (Alicante), para que lo use cuando le plazca: «Fui una vez, pero solo estuve un día: no soy una persona que disfrute de la playa», relata el escritor.

 

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