El Ministerio de Cultura devuelve siete obras incautadas durante la Guerra Civil a sus legítimos dueños

Las dos piezas del Museo del Prado, entregadas a los descendientes de Pedro Rico, son las primeras que la Pinacoteca devuelve a las víctimas del franquismo.

  

El Ministerio de Cultura devolvió el jueves siete obras incautadas durante la Guerra Civil, hace casi 87 años, a la familia de su propietario, el primer alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico. Dos de ellas -la escena de majos y celestina y Asalto a la diligencia- habían estado hasta ahora custodiadas en el Museo del Prado, que ha devuelto por primera vez cuadros incautados durante la contienda a sus legítimos propietarios. A La Romería, que estaba en el Museo Nacional del Romanticismo, El viática y El baptizo, que estaban en el Museo del Traje, Romería, en el Museo de Bellas Artes de Valencia, y Salida de toreros, que estaban ambas en el Museo de Málaga, se han sumado otros cinco museos estatales a cargo del ministerio. Todos ellos se encontraban en depósito temporal. Más detallesEl Cabildo de Gran Canaria restaura cinco cuadros que el alcalde republicano Pedro Rico incautó durante la Guerra Civil a su familia. Las obras -no muy conocidas ni de gran valor económico- han sido expuestas esta tarde en una sala del Prado a siete caballos, por primera vez hermanadas por un hecho que se lee en los documentos que las acompañan: Colección de Pedro Rico. Para recibirlos se han presentado en la pinacoteca nacional los nietos del legítimo propietario, Francisca y Pedro Rico Gómez. «Recuperar las obras es una deshonra para la memoria de nuestro abuelo», ha dicho, ante los siete lienzos y ante las miradas del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, la directora general de Bienes Culturales y Bellas Artes, Ángeles Albert, el presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, y los directores de los museos que han colaborado en la devolución. Las obras de Rico, «un alcalde que suscribe una de las grandes transformaciones sociales impulsadas por la segunda República», dijo Urtasun, fueron incautadas el 9 de junio de 1938, en su casa de Madrid, por la agrupación socialista madrileña. Una incautación, como tantas otras, realizada con el objetivo de protegerlos durante la guerra. Pero la situación posterior con Franco se convirtió -de nuevo, como tantas otras- en un depósito indefinido, y las obras fueron repartidas por los distintos museos que ahora las devuelven. «Es hoy admirable y conmovedor que aquel periodo de muerte y represión, de adoctrinamiento y falta de libertades no eliminara, sin embargo, la huella de lo que hoy celebramos aquí en este acto: la cultura como emblema y conocimiento esencial de la democracia», siguió el ministro en la comparecencia, en la que no se admitieron preguntas de la prensa. Su consejería dio el primer paso significativo en el largo camino hacia la devolución de las obras artísticas incautadas a mediados del año pasado, siendo la primera en hacerlo, a pesar de que la ley de memoria así lo exigía. Urtasun presentó un inventario, que supera ya las 6. 000 obras -pinturas, joyas, cerámicas, esculturas, abanicos o vasijas- que, según una investigación interna, proceden en su mayoría de incautaciones llevadas a cabo por la República durante la Guerra Civil. De esta investigación -que por el momento sólo incluye los 16 museos estatales- seis obras han sido devueltas hasta el día de hoy. Cinco son las de esta tarde -excluidas las del Prado- y una que fue entregada a la Fundación Francisco Giner de los Ríos en Deciembre. Javier Solana, Paquita Rico y Ernest Urtasun. Ricardo Rubio (Europa Press) Las dos obras del Prado son, en realidad, fruto de una investigación encargada por el museo casi dos años antes, en septiembre de 2022, del catálogo del Ministerio. Los abogados de la familia Rico fueron los primeros en solicitar formalmente la devolución que tres años después han conseguido. «Es una historia de reparación tardía, sin duda», confirmó Urtasun. Sin embargo, justificó el retraso con el consentimiento de los dos herederos: «Entregamos estas piezas a sus legítimos propietarios con todas las garantías y avales legales que ha requerido tan largo proceso: informes y velas burocráticas». Añadió que es «el cumplimiento de un deber con la memoria, la justicia y la cultura, también con la verdad de los hechos y su demostración jurídica». Francisca y Pedro Rico Gómez, que escucharon en primera fila las palabras del ministro, han sido protagonistas durante años de este complejo periodo. Los mismos hermanos octogenarios estuvieron en Canarias en noviembre del año pasado para recibir otros cinco cuadros de su abuelo, entonces custodiados en el Museo del Cabildo de Gran Canaria. Una de las iniciativas más defendidas por el Gobierno de España fue la devolución de obras de arte incautadas a víctimas de la dictadura que se llevó a cabo al amparo de la Ley de Memoria Democrática. Además de los regresos de hoy, los hermanos octogenarios preparan las maletas a Asturias, donde la Consejera de Cultura del Principado ya organiza un acto propio para restituir a la familia un par de obras bajo el cuidado del Museo de Bellas Artes de Asturias. «Este es el punto final de una historia, pero es el principio de otra», afirma Ángeles Albert. Quizá la trayectoria mediática de los hermanos Rico sirva para buscar protagonistas de nuevas historias. Hay alguna petición más, aunque fuentes del Ministerio dicen desconocer el número exacto de obras. El proceso es complejo, largo y tedioso, pero al Ministerio le quedan otras 6. 000 historias por contar.

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El Ministerio de Cultura devolvió hace casi 87 años siete obras de arte a la familia de su propietario, Pedro Rico, primer alcalde republicano de Madrid. El Museo del Prado, que ha devuelto por primera vez a sus legítimos propietarios las imágenes incautadas durante la contienda, había estado hasta ahora de guardia en el lugar de los majos, la celestina y el Asalto a la diligencia. A La Romería, que estaba en el Museo Nacional del Romanticismo, El viática y El baptizo, que estaban en el Museo del Traje, Romería, en el Museo de Bellas Artes de Valencia, y Salida de toreros, que estaban ambas en el Museo de Málaga, se han sumado otros cinco museos estatales a cargo del ministerio. Todos ellos se encontraban en depósito temporal. Seguir leyendo

 

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