El pito del Carnaval de Cádiz, el misterio más icónico de la fiesta

El instrumento, que se introdujo a finales del XIX por razones desconocidas, tiene un aspecto diferente y sirve para marcar el tono del comienzo de las bridas.

  

Tocar una polla de feria es una experiencia placentera. Basta con cogerla con la boca y soplar mientras se canta para que la música brote con un sonido festivo. Así que, nada más. Es tan integrador que apenas necesita formación musical previa, y es tan barato como resistente. Quizás por eso se ha erigido durante más de un siglo como el instrumento musical más icónico del Carnaval de Cádiz. Todas las agrupaciones lo utilizan -a excepción de los coros, que lo hacían antaño- para la introducción musical de sus repertorios, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo aterrizó en la fiesta hasta convertirse en una pieza clave. Más informaciónEl Carnaval avanza por las calles de Cádiz mientras el Falla proclama a sus ganadoresLo que en Cádiz se denomina bajo el paraguas genérico de pito de carnaval esconde una evolución a partes iguales de dos En ambos casos, los dos son de la familia de los membranófonos, ya que generan el sonido a través de la vibración de una membrana. «Es un instrumento de percusión y no de viento, igual que un tambor», explica el artesano Javi Cuevas. El sevillano fue monaguillo antes que fraile, como él mismo bromea, y, tras formar parte de la icónica comparsa de Sevilla en los años 80, hace una década se dedica en exclusiva a fabricar miles de pitos de Carnaval desde su taller de la capital andaluza. «Las comparsas y chirigotas lo utilizan para la presentación. Es como la voz, pero muy fácil de tocar y sirve para dar el tono de guitarra que le sigue», explica Moisés Camacho, historiador y autor de la guía sobre la fiesta El Carnaval de Cádiz. Aunque su uso no es obligatorio, se ha convertido en una pieza tan icónica para las agrupaciones que muchos la afinan o la temen, dependiendo del tipo -caracterización- que cada año la pongan sobre el escenario. Y ahí Cuevas se ha hecho fuerte por su habilidad para convertir en pitón de feria cualquier objeto que se le proponga: «Hago la polla de lo que me pidan, desde un Satisfyer, una aceituna o una navaja. Pero la gracia no es que lo camufle, sino que es el objeto el que consigo que suene». Javier Cuevas, en su taller de Sevilla. PACO PUENTEEsta pequeña proeza añade complejidad a un instrumento que, de entrada, no la tiene. El sonido característico de la pieza procede de la vibración que hace que el tono de la voz suene en una fina membrana de plástico estirada sobre un pequeño orificio. Antes eran de caña y papel, después de hojalata o madera, pero desde hace años el metacrilato ganó la batalla como material principal del cuerpo de la pieza y un fino plástico para la membrana. Según Cuevas, que ha trabajado para más de 80 grupos de Carnaval, «suena muy bien y es muy resistente». Pero en los orígenes ni la forma del instrumento ni los materiales eran así. El historiador Camacho y su hermano Kiko, también investigador de la fiesta, han documentado que en 1906 la entonces murga utilizaba el pito en su grupo El guateque cubano. A partir de ahí, han descubierto organizaciones en 1909, 1912 y 1915 que también la utilizaron en una influencia que también incluyó carnavales de Cádiz, como los de Uruguay. Pero el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz y director de la Cátedra del Carnaval Alberto Ramos sitúa el pito unas décadas antes, en 1875, donde se marca el primer uso conocido del instrumento. Por aquel entonces, lo que utilizaban las agrupaciones era el pito de caña o mirlitón, el primer instrumento fabricado con un trozo de caña sin nudos y un papel de humo atado, que llegaba a la fiesta por motivos incluso innobles. Ramos señala dos señales. Por un lado, ha documentado referencias en la prensa española del siglo XVIII que hablan de viajes al Golfo de Guinea y en las que se describe a africanos bailando al son de caña y tambor «en una fiesta popular». Por otro, referencias ya en el siglo XIX en las que el mirlitón también está presente en celebraciones en Francia y en el Carnaval de Barcelona, y actualmente se utiliza en Canarias o en Argentina, donde se le conoce como trompeta murguera. Con ambos vestigios, el experto cree que probablemente escaló en Cádiz como ciudad portuaria y de tránsito de esclavos, en este contexto de «raíces compartidas» con las danzas afrocubanas de las que también bebe el flamenco. Además, aunque hoy el pito es un icono gaditano, no es único ni exclusivo de aquí. Pitos en el Carnaval de Cádiz de 2024.. FERNANDO RUSO son elementos que creemos únicos en Cádiz, pero no lo son. Lo que indica es la universalidad de la fiesta», explica el profesor. Ese carácter global también ha estado detrás de la evolución que el pito ha tenido a lo largo de los años. En su artículo Evolución del pito de carnaval, Pepe Vázquez, Eugenio Mariscal y Pepe López Prats explican cómo el mirlitón acabó sustituido por el kazoo, un instrumento metálico patentado y creado en Nueva York a mediados del siglo XIX por la fábrica Kazoo Co, aún hoy abierta como museo y tienda. Los autores señalan que la innovación vino de la mano de un autor sevillano que compró en Gibraltar en 1940 esos nuevos pitos, más resistentes. Tan bien funcionaron en Cádiz que los quilates de la ciudad comenzaron a hacerlos al igual que el Francom silenció el Carnaval bajo el nombre de Fiestas de Apulia. Cuevas se refiere a cómo la acción Bienvenido Jesús (primer premio del concurso de este año) utiliza ese kazoo comprado a la fábrica neoyorquina como guiño histórico. Pero la inmensa mayoría de las agrupaciones llevan ya décadas en los actuales pitos de carnaval, evolución de estos instrumentos de estaño, fabricados ya con metacrilato, madera o resina. El artesano no se mimetiza con nada y presume de dar sonido a cualquier objeto que quiera una agrupación. Su secreto, además de saber lo que hace, es el plástico que utiliza para la membrana». Cuanto más ruido haga el plástico, mejor. Yo utilizo unas bolsas de plástico de hormigón que compré en un paquete de mil y llevo 10 años con él», bromea el feriante.

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Tocar una polla de carnaval es una sensación placentera. Simplemente, póntelo en la boca mientras soplas cantando para crear un sonido festivo. Así que no más. Es tan integrador que apenas necesita formación musical previa, y es tan barato como resistente. Quizás por eso se ha erigido durante más de un siglo como el instrumento musical más icónico del Carnaval de Cádiz. Todo el mundo lo utiliza para la introducción musical de sus repertorios, a excepción de los coros, que lo utilizaron en el pasado, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó a convertirse en una pieza clave. Seguir leyendo

 

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