El venezolano Santiago Schnell será rector de Dartmouth, una de las universidades más prestigiosas de EE.UU.

El científico especializado en biología matemática y superviviente de múltiples enfermedades dirigirá una institución clave de la Ivy League con una visión centrada en la ciencia, la equidad y la reconstrucción del papel público de la academia.. El 1 de julio, el biólogo y matemático venezolano Santiago Schnell asumirá el rectorado de la Universidad de Dartmouth, en New Hampshire, una de las instituciones más antiguas y reconocidas de Estados Unidos. Su nombramiento marca un punto de inflexión tanto en su perfil académico como en su trayectoria vital: una combinación de excelencia científica, perseverancia frente a la adversidad médica y compromiso con el pensamiento interdisciplinario.. Una vida marcada por la enfermedad y la curiosidad científica. Schnell nació en Caracas (Venezuela) en 1970. Desde sus primeros años de vida se le diagnosticaron múltiples afecciones autoinmunes, como alergias graves, psoriasis y enfermedad de Crohn. A los 15 años se enfrentó a un cáncer como consecuencia de un tratamiento inmunosupresor. Lejos de frenar su desarrollo, estas afecciones se convirtieron en el catalizador de su vocación científica.. Schnell desarrolló una doble fascinación por los modelos computacionales y los misterios del cuerpo humano en una casa donde coexistían la tecnología y las ciencias naturales, con un padre apasionado por los ordenadores y un vecino que era el autor de los libros escolares de biología de la nación. Desde su infancia, comprendió que la comprensión científica de los procesos de la vida podía ser su forma de sobrevivir y, con el tiempo, de contribuir a los demás.. Formación en Venezuela y salto a Europa. Schnell comenzó su formación universitaria en la Universidad Simón Bolívar, institución venezolana creada para promover el desarrollo científico del país. Allí se dedicó a la investigación en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), bajo la supervisión del científico Raimundo Villegas. Su primera «prueba de admisión» en el laboratorio consistió en limpiar instrumentos de vidrio durante cuatro meses, lo que, según el informe, le enseñó la importancia del detalle y el rigor científico.. Fue también en Venezuela donde surgió una de sus primeras contribuciones relevantes: la ecuación Schnell-Mendoza, realizada junto al físico Claudio Mendoza. Esta fórmula permitió simplificar el estudio de la velocidad de las reacciones enzimáticas, abriendo las puertas a aplicaciones tanto en biología molecular como en medicina clínica.. Con este trabajo, Schnell obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Oxford, Reino Unido, donde desarrolló su doctorado en Biología Matemática. Allí, junto con el profesor Philip Maini, comenzó a especializarse en un campo poco explorado: la biología computacional aplicada al estudio del equilibrio entre salud y enfermedad.. Entre la ciencia y la supervivencia. Durante su carrera académica -que incluye cargos en Oxford, Indiana, Michigan y ahora Dartmouth- Schnell ha vivido literalmente entre la ciencia y la enfermedad. Su cuerpo ha soportado grandes intervenciones quirúrgicas (incluida una ostomía), artritis autoinmune y un trastorno genético que le obliga a dormir con respiración asistida. Sin embargo, no se ha concentrado en examinar sus propias patologías. Su objetivo ha sido desarrollar herramientas y modelos matemáticos que ayuden a otros a anticipar y medir el deterioro de la salud.. Schnell ha dirigido investigaciones sobre dinámica enzimática, modelización informática de enfermedades y ha contribuido a la creación de programas y técnicas estadísticas que ahora se aplican tanto en laboratorios como en clínicas. Su propuesta más reciente ha sido conceptualizar la salud y la enfermedad como un continuo, no como categorías aisladas, lo que tiene profundas implicaciones para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades crónicas.. Un nombramiento con peso simbólico y político. Diferentes sectores de la comunidad académica celebraron su anuncio como rector de Dartmouth. Más allá de su currículum -que abarca más de 50 publicaciones científicas, colaboraciones internacionales y gestión de programas interdisciplinares-, su historia personal resuena en un momento en el que la ciencia lucha por recuperar la confianza de la sociedad.. En sus propias palabras:. «Se ha perdido la noción de neutralidad y de que los profesores universitarios son servidores públicos. Tenemos que volver a esa idea: estamos aquí para mejorar a la población a través de la educación y la investigación».. Dartmouth forma parte de la Ivy League, un grupo de ocho universidades privadas de élite entre las que se encuentran Harvard, Yale y Princeton. Fundada en 1769, Dartmouth ha sido tradicionalmente reconocida por su enfoque humanista y su fuerte sentido de comunidad. Sin embargo, en los últimos años ha tenido que hacer frente a los mismos problemas que el resto del sistema educativo estadounidense: agitación política, recortes presupuestarios, dudas sobre la inclusión y creciente desconfianza en el mundo académico. . Reconexión con sus raíces. Aunque no ha podido regresar a Venezuela recientemente, Schnell mantiene un profundo vínculo emocional con su país. Reconoce a la Universidad Simón Bolívar como el lugar donde aprendió a pensar científicamente y a persistir en sus ideas, y ha lamentado públicamente el deterioro institucional causado por la crisis humanitaria.. Desde su nueva función en Dartmouth, planea ampliar el acceso a la educación superior, fortalecer la cooperación internacional en investigación y promover una cultura académica centrada en el servicio público. También ha mostrado interés en promover el desarrollo de tecnologías biomédicas para controlar los indicadores de salud de forma accesible, como dispositivos portátiles que anticipen acontecimientos médicos antes de que se produzcan.. Una visión académica con propósito. Schnell representa a una nueva generación de líderes universitarios con un enfoque transdisciplinar. Su historia condensa tres dimensiones raramente presentes en una misma figura: la excelencia científica, la experiencia directa como paciente crónico y la convicción de que la educación puede -y debe- tener un impacto social.. El inicio de su rectorado en Dartmouth simboliza no sólo la validación de una trayectoria académica poco convencional, sino también una llamada a reconectar la ciencia con el servicio y la empatía.. «Lo que más reconocen», dice, «es que han creado herramientas para que otros puedan medir y comprender mejor el cuerpo humano». Y eso me basta».. La entrada El venezolano Santiago Schnell será rector de Dartmouth, una de las universidades más prestigiosas de EEUU se publicó primero en LA PR1MERA.

 

Una importante institución de la Ivy League estará dirigida por un científico con una visión centrada en la ciencia, la equidad y la reconstrucción del papel público de la academia. Un científico especializado en biología matemática y superviviente de múltiples enfermedades. Santiago Schnell, biólogo y matemático venezolano, asumirá el cargo de rector de la universidad el 1 de julio. . El primer artículo de LA PR1MERA, titulado «La entrada El venezolano Santiago Schnell será rector de Dartmouth, una de las universidades más prestigiosas de EEUU.

  

El 1 de julio, el biólogo y matemático venezolano Santiago Schnell asumirá el rectorado de la Universidad de Dartmouth, en New Hampshire, una de las instituciones más antiguas y reconocidas de Estados Unidos. Su nombramiento marca un punto de inflexión tanto en su perfil académico como en su trayectoria vital: una combinación de excelencia científica, perseverancia frente a la adversidad médica y compromiso con el pensamiento interdisciplinario. Una vida marcada por la enfermedad y la curiosidad científica Schnell nació en Caracas (Venezuela) en 1970. Desde sus primeros años de vida se le diagnosticaron múltiples afecciones autoinmunes, como alergias graves, psoriasis y enfermedad de Crohn. A los 15 años se enfrentó a un cáncer como consecuencia de un tratamiento inmunosupresor. Lejos de frenar su desarrollo, estas afecciones se convirtieron en el catalizador de su vocación científica. Schnell desarrolló una doble fascinación por los modelos computacionales y los misterios del cuerpo humano en una casa donde coexistían la tecnología y las ciencias naturales, con un padre apasionado por los ordenadores y un vecino que era el autor de los libros de texto de biología de la nación. Desde su infancia, comprendió que la comprensión científica de los procesos de la vida podía ser su forma de sobrevivir y, con el tiempo, de contribuir a los demás. Formación en Venezuela y salto a EuropaSchnell comenzó su formación universitaria en la Universidad Simón Bolívar, institución venezolana creada para promover el desarrollo científico del país. Allí se dedicó a la investigación en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), bajo la supervisión del científico Raimundo Villegas. Su primera «prueba de admisión» en el laboratorio fue limpiar instrumentos de cristal durante cuatro meses, lo que, según el informe, le enseñó el valor del detalle y el rigor científico. Fue también en Venezuela donde surgió una de sus primeras contribuciones relevantes: la ecuación de Schnell-Mendoza, desarrollada junto al físico Claudio Mendoza. Esta fórmula permitió simplificar el estudio de la velocidad de las reacciones enzimáticas, abriendo puertas a aplicaciones tanto en biología molecular como en medicina clínica. Con este trabajo, Schnell obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Oxford, Reino Unido, donde desarrolló su doctorado en Biología Matemática. Allí, junto con el profesor Philip Maini, comenzó a especializarse en un campo poco explorado: la biología computacional aplicada al estudio del equilibrio entre salud y enfermedad. Entre la ciencia y la supervivencia Durante su carrera académica -que incluye puestos en Oxford, Indiana, Michigan y ahora Dartmouth- Schnell ha vivido literalmente entre la ciencia y la enfermedad. Su cuerpo ha soportado importantes intervenciones quirúrgicas (incluida una ostomía), artritis autoinmune y un trastorno genético que le obliga a dormir con respiración asistida. Sin embargo, no se ha centrado en investigar sus propias patologías. Su objetivo siempre ha sido crear programas y modelos matemáticos que puedan utilizarse para predecir y evaluar los efectos de la salud. Schnell ha dirigido investigaciones sobre dinámica enzimática, modelización informática de enfermedades y ha contribuido a la creación de programas y técnicas estadísticas que ahora se aplican tanto en laboratorios como en clínicas. Su propuesta más reciente ha sido conceptualizar la salud y la enfermedad como un continuo, no como categorías aisladas, lo que tiene profundas implicaciones para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades crónicas. Un nombramiento con peso simbólico y político El anuncio de su elección como rector de Dartmouth fue celebrado por diversos sectores de la comunidad académica. Más allá de su currículum -que abarca más de 50 publicaciones científicas, colaboraciones internacionales y gestión de programas interdisciplinares-, su historia personal resuena en un momento en el que la ciencia lucha por recuperar la confianza de la sociedad. En sus propias palabras: «Se ha perdido la noción de neutralidad y de que los profesores universitarios son servidores públicos. Tenemos que volver a esa idea: estamos aquí para mejorar a la población a través de la educación y la investigación». Dartmouth forma parte de la Ivy League, un grupo de ocho universidades privadas de élite entre las que se encuentran Harvard, Yale y Princeton. Fundada en 1769, Dartmouth ha sido tradicionalmente reconocida por su enfoque humanista y su fuerte sentido de comunidad. En los últimos años, sin embargo, ha tenido que enfrentarse a los mismos retos que el resto del sistema universitario estadounidense: tensiones políticas, recortes presupuestarios, dudas sobre la inclusión y una creciente desconfianza hacia el mundo académico. Reconexión con sus huellas Aunque no ha podido regresar a Venezuela recientemente, Schnell mantiene una fuerte conexión emocional con su nación. Ha lamentado públicamente el declive institucional causado por la crisis humanitaria y reconoce a la Universidad Simón Bolvar como el lugar donde aprendió a pensar científicamente y a mantener sus ideas. Desde su nuevo papel en Dartmouth, planea ampliar el acceso a la educación superior, reforzar la cooperación internacional en investigación y promover una cultura académica centrada en el servicio público. También ha mostrado interés en promover el desarrollo de tecnologías biomédicas para monitorizar indicadores de salud de forma accesible, como dispositivos portátiles que anticipen acontecimientos médicos antes de que se produzcan. Una visión académica con propuestas Schnell representa una nueva generación de líderes universitarios con un enfoque transdisciplinar. Su trayectoria condensa tres dimensiones raramente presentes en una misma figura: la excelencia científica, la experiencia directa como paciente crónico y la convicción de que la educación puede -y debe- tener un impacto social. El inicio de su rectorado en Dartmouth simboliza no sólo la validación de una trayectoria académica poco convencional, sino también una llamada a reconectar la ciencia con el servicio y la empatía. «Lo que más reconocen», dice, «es que han creado herramientas para que otros puedan medir y comprender mejor el cuerpo humano». Y eso me basta».

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