Fabienne Brugère, filósofa: “El desamor tiene un poder liberador”

El filósofo francés evalúa el valor potencial de una pausa y describe el presente como un tiempo de miedo.

  

Fabienne Brugère, en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Pablo MongeLa filósofa francesa Fabienne Brugère, especialista en estética y filosofía del arte y en teoría feminista, sufrió una ruptura tan brutal que decidió aplicar su capacidad para investigar el desamor. ¡Profesora en universidades de varios países y Caballero de la Legión de Honor (! Esta mujer que nació en Nevers en 1964 pasó por Madrid para hablar del miedo dentro del Foro de la Cultura de Valladolid y Fundación Telefónica. Su último libro en Francia es Desamor. Manual de una vuelta a la vida. ¿Por qué? Siempre he pensado que la filosofía se hace según la propia experiencia, en un eco del existencialismo de Beauvoir y Sartre. Y cuando encontré en mi propia carne una ruptura amorosa me di cuenta de que no había nada en la filosofía que hablara de desamor. Se habla mucho del amor eterno, del amor apasionado, del amor de Dios, pero el fin del amor es un problema filosófico que interesa poco a los filósofos. Por eso quise convertirlo en un concepto filosófico. Y tomé el verbo desarmar porque es un proceso, un accidente de la vida que puede llevar a amar de nuevo y a amar de otra manera. ¿Qué debemos saber sobre el desamor? El desamor no es un fracaso, es una prueba de vida, un accidente ante el que hay que reaccionar. Puede llevarnos a una reflexión sobre nosotros mismos. A pesar del dolor, desarmarse es la posibilidad de examinar la vida y ver cómo me lleva a amar mejor. ¿Tienes un poder liberador? Exactamente eso, un poder liberador. La idea es que la ruptura, si pasamos por ella, puede ser una fuente de emancipación, enseñarnos a amar de una manera menos presa de los estereotipos, más libre, menos conservadora, no sólo teniendo en cuenta la necesidad de hacer familia, pareja y todo lo que la sociedad nos obliga en torno al amor. ¿Qué significa «travesar»? Es fácil decirlo. R. Evaluar y tomar conciencia de la experiencia es el primer paso del proceso. El segundo es el ejercicio de expresar las pasiones de ira, odio, soledad o tristeza. Y luego hay que vaciar el lugar, mudarse, reubicarse en otro sitio. Se trata de romper el amor que ya no es y así comprenderlo. Eso me puede llevar a recomponer la vida si contamos con ayuda. ¿Lo has entendido? No sé si hablaría para pedirlo. Pero he hecho un camino que ahora muchos están obligados a hacer porque las historias de amor son cada vez más complicadas, cada vez menos identificables con un único camino y esa experiencia por la que todos pasamos antes o después. Q. Es necesario el perdón? No es necesario. Para ello la ética, el respeto y si esto no se asume no merecemos el perdón. Tengo mis reservas sobre el perdón porque la reparación debe existir para que alguien pueda decir que lo hizo mal. No se puede perdonar en ninguna condición. Fabienne Brugère, en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. Pablo MongeP. Hemos visto en Francia numerosos casos de abusos en la clase intelectual. ¿Existe un problema sexual en esa permisividad de los abusos? Hoy hay grandes cambios en Francia, pero después de mayo del 68 había un contexto en el que la liberación sexual convivía con una falta de reconocimiento del individuo, de los menores, de las mujeres, sobre todo en los medios literarios. Había incapacidad para ver las formas de dominación y una especie de ilusión que la identificaba con el deseo. Y no era deseo, era abuso sexual por parte de personas poderosas y protegidas. Y que nadie quiso verlo hasta que la ola mundial del #MeToo ha tenido un fuerte impacto. Usted se ha posicionado de forma muy crítica contra Polanski. ¿Defiende su cancelación o, más actualmente, la de Karla Sofía Gascón, la protagonista de la película Emilia Pérez por sus tuits? Hay que diferenciar la obra y la persona. El problema de Francia es que durante mucho tiempo se consideró que sólo contaba la obra y que el creador podía portarse mal. Yo creo que la obra cuenta, pero que un artista es un ser humano corriente, no un genio por encima de la ley. Lo que rechazo es que Polanski haya tenido mucha financiación pública y que ésta deba considerar no sólo la obra, sino también al cineasta y su comportamiento. Sobre Gascón, no es el mismo nivel, es de hace unos años. Lo importante es que pida excusas y que haya una reparación por su parte. Viene a Madrid a hablar del miedo. ¿Hay más miedo hoy? Sí, hoy vivimos una época de miedo en Europa porque cada vez estamos más individualizados. Estamos en sociedades más individualistas en las que la responsabilidad es cada vez más individual y por eso la gente tiene miedo de tanta responsabilidad: de conseguir dinero para vivir, de estar bien, de tener relaciones amorosas. . . Cuanto más individualizada está la responsabilidad, mayor es el miedo que se desencadena. Y esto también está ligado al neoliberalismo. Cada uno debe llegar a todo por sí mismo y así nace una culpa por todo lo que no conseguimos. Es un régimen de miedo. El libro Expulsiones de Saskia Sassen define el capitalismo a partir de estas expulsiones: cada vez hay más individuos expulsados de la posibilidad de vivienda, expulsados por la precariedad, expulsados a residencias por la edad, y también por la explotación del suelo, de las aguas. . . hay una cadena de expulsiones que genera individuos fuera del capitalismo y el miedo a quedarse fuera. Y además, hoy estamos al borde de la guerra. No es un periodo muy alentador.

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La filósofa francesa Fabienne Brugère, especialista en teoría feminista y estética, se tomó una sombría pausa en la que decidió utilizar su capacidad para investigar el desamor. ¡Profesora de la Legión de Honor y Caballero de la Legión de Honor (! ), esta mujer que nació en Nevers en 1964 pasó por Madrid para hablar del miedo dentro del Foro de la Cultura de Valladolid y de la Fundación Telefónica.

 

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