Fracaso en taquilla y una parodia exitosa como respuesta: la venganza de México contra ‘Emilia Pérez’

La película, que recibió más nominaciones a los Oscar este año, fue incapaz de sofocar el conflicto con la nación norteamericana, que la castigó con la insistencia en las habitaciones y un ingenioso corto titulado «Joanne Sacrebleu».

  

México puede ser, a veces, una caja de cristal de emociones. A través de ella, puede amar y odiar públicamente ante los ojos del mundo. Ya sea idolatrando a artistas y su obra (incluso más allá de la muerte), como con Juan Gabriel y Guillermo del Toro -por ejemplo-, o defenestrar a otros personajes, como la cantante Ángela Aguilar o el piloto de Fórmula 1 Max Verstappen.Sin duda, por cómo fue recibida en el país por un gran segmento de la población mexicana, la producción con más nominaciones al Oscar de este año, Emilia Pérez, ha sido colocada en esta segunda lista. La película, que ha sido definida como una “ópera-musical”, aborda la historia de un narcotraficante mexicano que busca transicionar para convertirse en mujer y abandonar su antigua vida, lo que le ha generado polémica y ser duramente criticada en la República desde su primera presentación el pasado año en el Festival de Cine de Morelia, un debate que no pudo superar para lograr la aceptación del público a pesar de que la crítica internacional trató de elevarla.Tras estrenarse previamente en 34 países -entre cinco y seis meses antes-, el filme llegó a las salas de México el 23 de enero. Una parte del público mexicano y latinoamericano que tuvo la oportunidad de ver la película, considera que el filme de Jacques Audiard “exotiza a México”, “instrumentaliza” la crisis humanitaria de los desaparecidos, así como perpetúa una visión eurocentrista y colonizadora sobre el país y su cultura.Emilia Pérez debutó en 850 complejos con 9,4 millones de pesos (un poco más de 450.000 dólares) y 110.000 espectadores. Edgar Apanco, analista de la industria cinematográfica, explica que películas comerciales tras su estreno suelen caer entre 40% y 50% en la asistencia tras su primera semana. Las producciones que son de tipo más artístico o con carácter de premios, como las nominadas al Oscar, suelen reducir entre 20% y 30%, porque el boca a boca les ayuda durante la temporada de premios así como los galardones que van obteniendo, como en el caso de otros contendientes como El Brutalista, Anora o Cónclave.En el caso de Emilia Pérez cada semana fue cayendo más de 60%, “lo cual sí es un efecto boca en boca bastante negativo, que pocas veces se ve en nuestro país”, explica Apanco. Tras más de un mes de haberse estrenado, la película de Audiard ha recaudado 17 millones de pesos y ha llegado a 210.000 espectadores. “Ni siquiera pudo multiplicar dos veces su taquilla del primer fin de semana. No lograr eso es regularmente visto como indicador de fracaso”, complementa.Tampoco le ayudó que una semana antes de su estreno en México, el director, quien estaba en la capital, no se presentó a una proyección y conversatorio programado con estudiantes universitarios. En su lugar, solo asistió la única protagonista mexicana del filme, Adriana Paz, lo que fue tomado por el público como una falta de respeto al público que se debe la película, por lo que Audiard fue tildado de “cobarde” en redes. O sus comentarios en una entrevista que se realizó meses antes en la que afirmó que el español era un “idioma de países pobres”.“Si me hubieran preguntado, justo al inicio de su corrida comercial, con cuánto iba a terminar Emilia Pérez, tendría que haberlo hecho forzosamente arriba de los 25 millones. Hasta el momento Cónclave lleva acumlado 77,5 millones de pesos y 916.000 espectadores, una película que se comenta, que gana premios y que, al ser México un país sumamente católico, resulta muy cercana y termina siendo muy premiada por el público”, dice Apanco.Apanco explica que el daño a Emilia Pérez ya estaba hecho incluso antes de que salieran a la luz los tuits racistas y xenófobos de la protagonista Karla Sofía Gascón, a quien Netflix retiró su apoyo y, a pesar de que no asistió a ninguna de las ceremonias de premiación en las que estaba nominada, sí confirmó su presencia en la gala de los Oscar de este domingo. El especialista cree que los clips “completamente descontextualizados” que salieron a la luz, gifs y memes que se hicieron sobre la película, así como los comentarios en redes como X, TikTok e Instagram tuvieron un impacto muy negativo.A pesar de las disculpas del director al público mexicano, si se sintió ofendido por el retrato que Emilia Pérez hizo del país y sus problemáticas, el daño ya estaba hecho. “Todo esto se generó antes del estreno en salas. Sí tuvo una repercusión en que la gente no quisiera ver la película. Hubo una especie de efecto que la gente se sintiera mal si osara verla o que se atreviera a decir en redes que le había gustado. Entonces sí, sí hay una pequeña victoria simbólica de México hacia Emilia Pérez”, agrega Apanco.Una respuesta orgánica y satíricaEmilia Pérez caló tanto en el sentir de muchos mexicanos, entre ellas la cineasta trans y creadora de contenidos Camila Aurora, que una respuesta no se hizo esperar en la forma de un cortometraje parodia titulado Johanne Sacrebleu. “Con diferentes sesgos que tuvo, el poco tacto para hablar de la violencia, de los desaparecidos, sobre el narcotráfico y la comunidad trans, cuando Camila habla sobre este proyecto y de la manera en la que explica por qué está ofendida, pues ese discurso resonó en mí. Además, decidió llevarlo por el lado satírico. Fue ahí cuando dije ‘yo también comparto tu idea. Me gustaría aportar mi granito de arena a que esto se haga realidad”, explica la codirectora Gladys L. Grantt.Ambas no se conocían. Fue a través de la cuenta de TikTok de Camila que conectan y deciden llevar adelante este corto. Fue así que muchas personas se sumaron al proyecto, que se filmó en las calles de Ciudad de México con actores mexicanos que parodian un acento francés y que presentan todos los estereotipo de ese país. La producción se estrenó el 25 de enero y consiguió, en apenas un fin de semana de estar disponible en Youtube -dos días tras el estreno de Emilia Pérez en salas-, más de un millón de visitas. A la fecha, acumula más de tres millones de reproducciones e incluso ha logrado un estreno limitado en salas de cine. “Se entiende la idea de que nosotros como respuesta a Emilia Pérez, nosotros decimos con este cortometraje no voy a hablar de Francia y sus desgracias, sino que es como para que vean lo absurdo que es retratar un lugar o las personas que lo habitan sin saberlo”, explica Grantt.Considera que los aplausos y las personas que mostraron su apoyo a Emilia Pérez vienen de un porcentaje mínimo que no entiende las problemáticas y que no viven más allá de sus privilegios.“En Hollywood, al momento de ver Emilia Pérez, creyeron que había un discurso en el cual se pone a la luz las problemáticas de la comunidad de trans, que abordaban la violencia en México. Se dieron ellos mismos una palmadita en la espalda y se dijeron ‘lo estás haciendo muy bien’, mientras el mundo se dio cuenta de lo transfóbica que es esta película y el poco tacto que tenía sobre la cultura mexicana”, precisa Grantt.La aceptación de Johanne Sacrebleu ha sido tan positiva, que el cortometraje ha encontrado financimiento e interés para convertirse en un largometraje que se estrenará próximamente. La cineasta no considera que se trate de un tema de orgullo mexicano, sino más bien de unidad.“Lo que me encanta es como la comunidad mexicana se une ante un enemigo incómodo. Es muy gracioso y al mismo tiempo muy bonito. Es como si dijéramos, entre nosotros nos podemos molestar, pero si alguien de afuera nos quiere molestar ahí ya no. No siento que seamos orgullosos, sino simplemente no nos dejamos. Cuando los mexicanos se unen en una sola idea no hay fuerza humana que los pare”, sentencia.

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México puede ser ocasionalmente una caja de emociones heladas. A través de él, puedes declarar tu amor y tu odio frente al mundo entero. ya sea idolatrando a otros personajes, como la cantante Angela Aguilar o el piloto de Fórmula 1 Max Verstappen, o incluso más allá de la muerte, como en el caso de Juan Gabriel y Guillermo del Toro, por ejemplo. Seguir leyendo

 

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