Tras excluirlos de la producción de libros escolares en 2023, el presidente de la industria editorial quiere mejorar su relación con el nuevo gobierno.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria Editorial (CAMIEN), Hugo Setzer, tiene grandes expectativas con las nuevas autoridades de Educación y Cultura, luego de que el gobierno anterior entregó la industria del libro en el país, cuando decidió retirar la producción de textos escolares a las empresas privadas del sector. Fue un duro golpe, dice Setzer en entrevista durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el gran evento del libro en México y América Latina, donde se organiza un gran congreso de editores. Al menos 30 empresas se vieron afectadas por esa decisión, pero el presidente de CAMIEN cree que hay margen para el debate. La industria viene del golpe causado por la pandemia, cuando se perdió 30% de las ganancias, pero 2024 ha sido un buen año, aunque los números no han crecido como esperaban. Las ganancias de las editoriales están en niveles de 2019, con más de 20 millones de ejemplares vendidos en 2023 y una facturación que superó los 5 mil millones de pesos en 2022. ¿En qué momento se encuentra la industria editorial en México? Respuesta. No nos hemos recuperado completamente de la pandemia. La industria en general va bien, pero se vio afectada por la disminución en la distribución de libros de texto de secundaria. P. Una disputa generada por el Gobierno anterior. ¿Cómo les afectó? De manera muy importante, porque generó una disminución del crecimiento de la industria. El tema de la disminución de la producción de libros de secundaria fue tan marcado, que se detuvo de año en año. Afectó a todo el sector. Tenemos 30 editoriales, entre grandes, medianas y pequeñas, que participaron en el programa estatal de aumento de libros para la enseñanza secundaria. Además de este golpe, ¿cómo está el sector editorial en cuanto a la venta de libros? A. Bastante bien. Nos estamos recuperando en los demás sectores, principalmente en los de interés general, infantil y juvenil. El sector está en recuperación. Vimos que en la pandemia el índice de lectura reportado por el INEGI, pero después de la pandemia bajó. Sin embargo, la venta de libros en términos generales se ha recuperado mucho, con excepción del libro educativo. De los retos que tenemos por delante es tratar de mandar el mensaje a las autoridades educativas de que podemos y queremos contribuir al desarrollo educativo de México y que tenemos todos los elementos para hacerlo, porque los libros actuales han sido muy criticados. Nosotros nos dedicamos a eso, tenemos todos los conocimientos para hacer los libros de texto y queremos que nos dejen participar. Asistentes eligen libros durante el primer día de la feria, el 30 de noviembre en Guadalajara. Nayeli CruzP. ¿Ha habido acercamiento con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública? Los hemos buscado, pero estamos esperando que se establezcan. Tengo la expectativa y soy muy optimista de que con el cambio de Administración las nuevas autoridades estarán más abiertas al diálogo. Tal vez no estemos de acuerdo en algunas cosas, pero con el sexenio pasado ni siquiera pudimos dialogar, se cerraron por completo. Solicitamos audiencias con las secretarías de Cultura y Educación durante toda la Administración pasada y no fuimos recibidos. Creo que ahora hay mayor disposición al diálogo, que es lo que queremos: contrastar puntos de vista y colaborar. ¿Le dieron alguna explicación sobre el abrupto recorte en la producción de libros de texto? A. Fue una comunicación con muchos tropiezos. Recibimos una declaración muy breve, pero nunca hubo una respuesta oficial a los comunicados que enviamos al Secretario de Educación. Recibimos algunos correos del jefe de gente de no sé qué oficina, que decía que con base en las facultades que tenía la propia Secretaría se estaban haciendo los libros. Más informaciónLos clubes de lectura, las nuevas pepitas de oro del sector editorialP. ¿Se siente ninguneado el sector de la industria del libro? Sí, hay que decirlo muy claro: ha sido un ninguneo. Un funcionario vino a mencionar que hacíamos negocios irregulares, corruptos, pero hay contratos muy claros. Q. ¿Ve entonces la posibilidad de abrir las nuevas administraciones? R. Esperamos que sí, porque lo que hemos visto en todo el mundo, y estamos en contacto con editores de otros países, es que los mejores resultados educativos se dan cuando hay mayor apertura y diversidad de materiales para aprender. P. Otro tema polémico ha sido la promoción del libro en México. ¿Existen suficientes políticas públicas de fomento a la lectura? A. Eso es muy importante. Creo que uno de los principales problemas que tenemos es que a pesar de esfuerzos aislados durante muchos años no hemos tenido una política pública integral que vea al libro y a la lectura desde distintos frentes como motores del desarrollo cultural, educativo y económico del país, que sin duda pueden serlo. ¿Por qué España, que es un país con la tercera parte de la población de México, es uno de los principales polos de la edición mundial y México no? Tiene que ver con las políticas públicas, la intervención de las autoridades de Cultura, en términos de ver al libro y a la lectura como un motor de desarrollo. ¿Y no tiene que ver con los altos precios de los libros en México? Sí, pero eso depende de cómo interpretemos que son muy caros. Yo muchas veces me lo como con colegas que en el mejor de los casos le cuestan a un estudiante un libro de 400 pesos, pero también hay que sopesar que un viernes por la noche consiguen más que eso. Un libro parece caro, pero creo que tiene que ver más con la sensación que desafortunadamente ha permeado de que los libros deben ser gratis o que la información debe ser gratis. Pero lo que hacemos tiene un valor. Los autores con su creación intelectual y luego las editoriales con todo el proceso de comisariado, producción, publicación. Q. ¿Se lee en México? R. Sí, pero nos queda mucho camino por recorrer. Mucho pasa con las librerías, que llevan mucho tiempo olvidadas en México. Estamos viendo si podemos sacar adelante los cambios a la ley del IVA, que tiene olvidado al sector comercial del libro. Si se lee y por eso tenemos una industria editorial vigorosa, pero hay un potencial impresionante: podríamos leer mucho más. Q. ¿Hay alguna propuesta concreta al Estado sobre el IVA? R. Hemos estado hablando de generar mesas de trabajo para crear esas políticas públicas. Una de las propuestas es el tipo impositivo cero del libro, pero eso por sí solo no puede resolver la cuestión. Estamos viendo otras formas de incentivar más librerías y que si alguien quiere abrir una en el mejor de los casos en los primeros dos años no pague impuestos de renta, o tenga incentivos para comprar un inventario inicial.
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Hugo Setzer, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria Editorial (CAMIEN), tiene grandes expectativas para las nuevas autoridades encargadas de la educación y la cultura, luego de que la anterior administración regaló a la industria editorial del país, al votar a favor de dejar la producción de textos escolares a las empresas privadas del sector. Fue un golpe duro, dice Setzer en entrevista durante su visita a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el gran evento del libro en México y América Latina, donde se organiza un gran congreso de editores. Al menos 30 empresas se vieron afectadas por esa decisión, pero el presidente de CAMIEN cree que hay margen para el debate. La industria viene del golpe causado por la pandemia, cuando se perdió 30% de las ganancias, pero 2024 ha sido un buen año, aunque los números no han crecido como esperaban. Con más de 20 millones de ejemplares vendidos en 2023 y una facturación que superó los 5. 000 millones de pesos en 2022, los ingresos de las editoriales se sitúan en niveles de 2019. Seguir leyendo