Debido al preconcurso de acreedores de la empresa, las organizaciones no pueden exigir miles de euros. Las bandas se colocan para mostrar la batalla.
Era como estar tranquilamente mirando las dimensiones de un acantilado y que de repente alguien te empujara, según una de las víctimas, una semana después de haberlo escrito. Muchos músicos españoles tienen la impresión de que la empresa de entradas para conciertos Wegow ha iniciado «el proceso legal de preconcurso de acreedores». Es una forma de ayudar a las empresas que atraviesan una situación económica difícil, previa a la presentación de un concurso de acreedores. Wegow es una plataforma que utiliza la clase media y baja (en popularidad) del pop español para colgar las entradas de su recital en salas de pequeño o mediano aforo. También vende tiques para espectáculos masivos, como David Bisbal o Ed Sheeran, pero estos artistas de gran número trabajan con más empresas. Numerosas bandas españolas que actuaron en escenarios de entre 300 y 2000 personas carecían de fe en Wegow. Al cabo de unos días, estos grupos recopilan datos, organizan y contabilizan para averiguar el agujero que les puede causar la falta de liquidez de Wegow. Uno de ellos, que no quiere identificarse por consejo de sus abogados, informa a este periódico de que «les deben 200, 000 euros». Quizá sea el caso más extremo. Otros han dejado de percibir 20. 000, 10. 000 o 3. 000 euros. Ninguno ha dejado de hacerlo. Ni festivales como Prestoso (Cangas del Narcea, Asturias), donde este año actúan Baiuca, Biznaga o Hinds. «Nos deben 23. 000 euros. Somos un festival muy pequeño, de unas 1. 800 personas, y este dinero es un gran contratiempo», asume uno de los directores, Juan Gama de Cossio. El festival Canela Party, de Torremolinos (Málaga), dejó de trabajar con Wegow el año pasado. Uno de sus fundadores, Álvaro Fernández, responde: «Cuando el director comercial de Wegow hizo el escrache neonazi en la Feria del Libro de Madrid, nos planteamos el cambio. Sin embargo, detenemos la búsqueda activa de alternativas cuando confirmamos que fue expulsado. Luego conseguimos otro títere con mejores condiciones y cambiamos». Los Manises actuando en la edición 2024 del Prestoso Fest. Viti Amieva «Lo que hemos hecho es pasar rápidamente las entradas no vendidas a otro títere, en previsión de que ese sea el único dinero que vamos a recaudar», cuenta a EL PAÍS Víctor Cabezuelo, voz y guitarra del grupo madrileño Rufus T. Firefly, uno de los heridos. Las bandas están informando en sus redes sociales de que todas las entradas adquiridas por Wegow son válidas para asistir a los conciertos. El M. O. D. A. , otra de las víctimas, asume que «tiene mala pinta, aunque vamos a luchar». El burgalés sintetiza así las consecuencias: «Significa que tienen en su poder el dinero de nuestros billetes de avión. Y Wegow nos dice que hoy no nos lo da». Otros grupos en la misma situación son Twenty-one, Shinova o Bombai. La mayoría dice, y algunos trabajan con Wegow desde 2017, que nunca han tenido problemas. Si se celebraba un concierto un sábado, el lunes recibían la liquidación. Lo que queda es una comisión del 10% de cada entrada, que en la mayoría de los casos se paga por los famosos «gastos de gestión». Un ejemplo: una entrada cuesta 30 euros (lo que se lleva el grupo), a lo que se añaden tres euros de «gastos de gestión», correspondientes al 10%, que se queda, en este caso Wegow. Existe la posibilidad de que el grupo pida algún adelanto a la tiquette antes de que acabe el tour y que se lo liquiden. Esta forma ha permitido a varias bandas «rascar» un poco de dinero. Tras unos días del anuncio, la sensación general es que esta crisis no acabará con los grupos. Algunos ya han puesto en marcha iniciativas para amortiguar el impacto. Una de ellas es fabricar productos comerciales (sobre todo camisetas, en el caso de Twenty-One) específicos para vender en los conciertos o en su tienda digital. Rufus T. Fierfly, por ejemplo, continuará con sus conciertos de auriculares, gira que ya habían concluido. La cuestión ahora es por qué se ha hundido una empresa que vende entradas para conciertos, un sector boyante. Los consulados no quieren hablar de estafa e intuyen que puede tratarse de «mala gestión». La empresa argumentó lo siguiente: «Como tantas otras empresas culturales, hemos sufrido el impacto de una combinación de factores que han debilitado nuestra estabilidad financiera: las consecuencias aún palpables de la pandemia, la inflación de los costes estructurales o la incertidumbre en el consumo cultural». La camiseta que se ha puesto el grupo veintiuno para amortiguar el agujero dejado por la crisis Wegow. Ahora se abre un periodo de unos cuatro meses para ver si Wegow encuentra una solución. Muchos grupos, por orden de sus abogados, han decidido no hablar demasiado con la prensa y no lanzar mensajes en las redes sociales. Veintiuno declara lo siguiente: «Me hierve la sangre que estemos callados un montón de compañeros afectados, a los que nos han dejado a deber una cantidad indecente de dinero, porque sobre todo si hablamos de los que tenemos que perder somos nosotros». Otros son más positivos. «Me niego a creer que esto pinte tan mal. Somos un grupo versado en catástrofes e incertidumbres. Es un obstáculo más: la mayoría seguiremos adelante», dice Rufus T. vocalista de Firefly. Si finalmente Wegow no puede hacerse cargo del dinero que decir de alguna intermediación oficial, como la SGAE o el Ministerio de Cultura o Industria. Víctor Cabezuelo hace una reflexión que puede servir para abrir una nueva vía: «La impresión que me da este caso y el de los fondos de inversión de dudosa procedencia que financian festivales es que estamos vendidos. Hemos perdido el control de muchas cosas y estamos salpicados por tácticas de capitalismo extremo. Esto es un aviso para que rehagamos las cosas más de cerca, de promotor a grupo y poco más». Prescindir de intermediarios para controlar el proceso y evitar disgustos».
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Era como estar tranquilamente mirando las dimensiones de un acantilado y que de repente alguien te empujara, según una de las víctimas, una semana después de haberlo escrito. Muchos músicos españoles tienen la impresión de que la empresa de entradas para conciertos Wegow ha iniciado «el proceso legal de preconcurso de acreedores». Se trata de una forma de ayudar a las empresas que atraviesan un entorno económico difícil antes del inicio de un concurso de acreedores. Wegow es una plataforma que utiliza la clase media y baja del pop español (en popularidad) para colgar las entradas de los conciertos en espacios con aforo pequeño o mediano. También vende tiques para espectáculos multitudinarios, como David Bisbal o Ed Sheeran, pero estos artistas de grandes números trabajan con más compañías. Seguir leyendo.