Dentro de la programación de PHotoSpain, el Museo Thyssen de Madrid presenta por primera vez una selección de medio centenar de obras del artista español.
ArteEl Museo Thyssen de Madrid presenta por primera vez, dentro de la programación de PhotoSpain, una selección de medio centenar de obras del creador español. Varias personas observan algunas de las obras que la cineasta Isabel Coixet presenta desde mañana, 10 de junio, y hasta el 14 de septiembre, en el Museo Thyssen- Bornemisza, de Madrid. MARIO MORÓN (EFE) Isabel Coixet ha estado presentando su obra artística -26 películas- por todo el mundo. De Venecia a Berlín, pasando por Cannes o Barcelona. Pero este lunes ha cambiado las salas de cine que tiene por un museo, el Thyssen de Madrid. La ha acompañado Guillermo Solana, director artístico de la Pinacoteca, para presentar, con cuidado de no hacer ningún «spoiler», la «obra secreta de Isabel Coixet». No se trata de ninguna película, es una serie de collages que la autora de La vida secreta de las palabras, o Mi vida sin ti, ha creado durante más de una década y que ahora el museo presenta por primera vez al público en una exposición enmarcada en PHotoEspaña 2025. «Son todos [collages] muy intrigantes y sabiendo quién es la intriga: queremos saber qué relación tienen con sus películas», Solana, principal atractivo de la muestra, titulada Aprender en la desobediencia, abierta hasta el 14 de septiembre. Más información10 exposiciones recomendadas de PhotoSpain 2025 Se trata de una selección de 50 obras (hay muchas más sin exponer) que combinan a partir de recortes de revistas, «el saco de un fotomatón o una novela semierótica de los años 70», explica el artista, presentadas en una variedad de soportes y técnicas que van de lo digital al lienzo, pasando por el cartón pluma, el papel y el táblex, casi todas fechadas entre 2021 y 2024. «Empecé sin ni siquiera pensar en nada, sólo porque me gusta acumular cosas». Mi animal espiritual es el cuervo o la urraca y me gusta acumular cosas absolutamente absurdas», explica el cineasta. Su obsesión se traduce en una serie de «elementos de muchas épocas, muy dispares, que conviven en un mismo espacio y reavivan objetos». Todo acompañado de un componente literario, una pequeña frase en diferentes idiomas -a veces tan pequeña que hay que hacer la vista para leerla-, que suele dar título a la obra, y que le da sentido. ‘ No quiero lo que creía querer, de Isabel Coixet en la novela No quiero (1924). Isabel Coixet (Museo Thyssen- Bornemisza) Es casi imposible encontrar referencias visuales o estéticas en los collages que han pagado a escenas o proyecciones del cine de Coixet. Fuera de «un par de frases» que ha utilizado en dos de sus películas, se trata de un universo diferente, de creación paralela y, como explica el título de la exposición, de liberación y desobediencia. «Una de las cosas buenas del collage es que puedes equivocarte. Hay algo muy liberador en romper ese objetivo de 25 milímetros. He trabajado en una profesión en la que equivocarse sale muy caro y con el collage es muy fácil tirarlo todo y empezar de nuevo», dice el cineasta. Aunque reconoce: «La mochila que llevo detrás de la cámara supongo que es la misma que llevo cuando hago otras cosas». La comisaria de la exposición, la historiadora Estrella de Diego, vira hacia la idea de que «una cosa tiene que ver con la otra, porque una cosa es muy de touchdown y la otra no, pero hay algo en su manera de ver [la de Coixet]». Es capaz de coger cosas cotidianas y desplazarlas completamente de su lugar. Y creo que ahí sí que forma una coherencia en su trabajo». También es, por supuesto, un ejercicio de memoria, y una forma diferente de entrar en la vida del creador. «Todos somos anacronismos andantes, pero hacemos lo que podemos para disimularlo. En nosotros sigue la persona que fuimos y esa convivencia entre la niña de seis años que odiaba los oficios, la adolescente que odiaba todo en general y la señora mayor que odia todo que sigue viviendo allí», dice Coixet. Mi trabajo en casa es practicar la desobediencia civil’ (2024), de Isabel Coixet. Isabel Coixet (Museo Thyssen- Bornemisza) Thyssen dedica la última de las salas de la primera planta, un pequeño espacio en la forma inconformista -donde se encuentra en la forma pequeña- del complejo. «Lo que más me gusta de esta exposición es la sala. Este lugar [el museo] es como un restaurante de tres estrellas Michelin. Ya conocemos los platos. Voy después del café, ¿no? «. Me siento un impostor, pero soy una persona que se siente cómoda sintiéndose un impostor», termina. Aunque sigue dedicado principalmente al cine, ya está plenamente inmerso en la creación de su película más reciente, y los collages que presenta, junto con los muchos otros que quedaron en su estudio, son el resultado de esos ratos de desconexión, dice, «de estar seis horas en el tren y no querer mirar más el teléfono, y no deja de ser una forma más de hacer lo que mejor sabe: contar historias. » Y, como explica Diego en la ficha de la exposición, en el cine o en el arte», las mejores historias que se cuentan son las que se construyen entre bambalinas. «Tu suscripción está siendo utilizada en otro dispositivo. ¿Le gustaría añadir un segundo usuario a su lista? Añadir usuario Continuar leyendo aquí Si continúas leyendo en este dispositivo, no podrás leer en el otro. ¿Por qué ves esto? Flecha Tu suscripción está siendo utilizada en otro dispositivo y sólo puedes acceder a EL PAIS desde un dispositivo a la vez. 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Isabel Coixet lleva más de 30 años exhibiendo sus creaciones artísticas por todo el mundo, incluidas 26 películas. De Venecia a Berlín, pasando por Cannes o Barcelona. Sin embargo, ha cambiado las salas de cine de su museo, el Thyssen de Madrid, este lunes. La ha acompañado Guillermo Solana, director artístico de la Pinacoteca, para presentar, con cuidado de no hacer ningún «spoiler», la «obra secreta de Isabel Coixet». No se trata de ninguna película, sino de una serie de collages que el autor de La vida secreta de las palabras, o Mi vida sin ti, lleva realizando desde hace más de diez años y que el museo acaba de desvelar por primera vez en una exposición enmarcada en PHotoEspaa 2025. «Todos ellos son muy intrigantes [colágeno], y sabiendo quién es la intriga: queremos saber qué conexión tienen con sus películas», dice Solana, la principal atracción de la exposición, Aprender en la desobediencia, que se podrá ver hasta el 14 de septiembre. Seguir leyendo