Desde los conservatorios provinciales hasta las aulas del ISA, la trayectoria de Leannelis “Lea” Cárdenas Díaz ha estado marcada por una curiosidad insaciable hacia los fenómenos sonoros. Su reciente nombramiento como directora del CIDMUC corona un camino donde la docencia, la preservación patrimonial y el activismo cultural han dialogado constantemente. The post Lea Cárdenas: “El CIDMUC es el espacio idóneo para defender la música cubana toda” (+ Podcast) first appeared on Cubadebate.
Desde los conservatorios provinciales hasta las aulas del ISA, la trayectoria de Leannelis “Lea” Cárdenas Díaz ha estado marcada por una curiosidad insaciable hacia los fenómenos sonoros. Su reciente nombramiento como directora del CIDMUC corona un camino donde la docencia, la preservación patrimonial y el activismo cultural han dialogado constantemente. The post Lea Cárdenas: “El CIDMUC es el espacio idóneo para defender la música cubana toda” (+ Podcast) first appeared on Cubadebate.
Lea Cárdenas es la nueva directora del CIDMUC. Foto: Lea Cárdenas/ Facebook. Desde los conservatorios provinciales hasta las aulas de la Universidad de las Artes (ISA), la trayectoria de Leannelis “Lea” Cárdenas Díaz (Camagüey, 1993) ha estado marcada por una curiosidad insaciable hacia los fenómenos sonoros.. Esta joven musicóloga, cuya voz alterna entre la investigación académica y la interpretación vocal, lleva en sus raíces formativas el sello distintivo de la enseñanza artística cubana: ese equilibrio único entre rigor intelectual y pasión creativa. Su reciente nombramiento como directora del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC) corona un camino donde la docencia, la preservación patrimonial y el activismo cultural han dialogado constantemente.. Lea Cárdenas, formada en cuatro provincias cubanas antes de graduarse con Título de Oro en el ISA, encarna esa rara cualidad de escuchar tanto las partituras como los latidos humanos que las sustentan.. Escucha aquí. —¿Qué significa para usted la dirección del CIDMUC, un centro emblemático para la música cubana?. Asumir esta dirección representa, ante todo, una enorme responsabilidad por el valor institucional del CIDMUC en la gestión, difusión e investigación de la música cubana e internacional, especialmente la vinculada a nuestro continente.. Mi vínculo con el centro comenzó en 2018, un año después de graduarme, y desde entonces se ha convertido en mi hogar profesional. Este espacio me permitió primero compartir con quienes fueron mis maestros y luego con colegas destacados de la musicología nacional. El CIDMUC siempre ha reunido a lo más granado de esta disciplina, siendo fundamental para mi desarrollo tanto profesional como personal.. El desafío es inmenso, quizás el mayor de mi carrera. Como profesional joven, asumo el rol de puente entre la contemporaneidad que me define y la tradición que heredamos desde la fundación del centro. Tengo el honor –y el reto añadido– de seguir los pasos de figuras como el doctor Olavo Alén, primer director de la institución, y de mi mentora Laura Vilar, ejemplo permanente en lo académico y humano, cuyo legado perdura tras su partida.. Este cargo implica un compromiso multifacético: con mis formadores, con mis compañeros de trabajo y estudio, y especialmente con las nuevas generaciones que se preparan en la Academia Cubana de Musicología. Es, en esencia, la oportunidad de devolver al CIDMUC todo lo que él me ha dado.. —¿Cuáles son los principales objetivos y desafíos al frente del centro? ¿Qué estrategias piensa implementar para fortalecer su vínculo con la música popular y académica de Cuba?. Nuestros objetivos fundamentales giran en torno a tres ejes principales: potenciar la música cubana en toda su diversidad –desde las expresiones tradicionales hasta las contemporáneas–, preservar nuestro rico patrimonio musical y documentar los nuevos fenómenos sonoros que emergen constantemente en el país. Cuba, históricamente, ha sido un país muy rico en materia musical, hay mucho que decir, por contar, por investigar.. Precisamente, uno de los objetivos del centro es que se mantenga siendo testigo de todo lo que ha venido sucediendo en la música cubana, además de ser reflejo de las sonoridades contemporáneas y de la realidad musical de la nación.. Otro propósito esencial es atraer a jóvenes investigadores –no solo musicólogos, sino todos aquellos interesados en el estudio de nuestra música–, ofreciéndoles un espacio de referencia y acogida. Queremos que encuentren aquí el apoyo para desarrollar sus proyectos, tanto dentro como fuera de Cuba. Que el centro sea un espacio amigo, un hogar para todos aquellos jóvenes que tienen la inquietud de crear, defender y contribuir al desarrollo de la música cubana. El CIDMUC es el espacio idóneo para defender la música cubana toda.. Además, pretendemos fortalecer nuestras alianzas con la comunidad musicológica internacional, particularmente con Latinoamérica y la diáspora cubana. Estos vínculos, históricamente sólidos, requieren hoy mayor dinamismo y continuidad.. Nuestras estrategias se alinean directamente con estos objetivos. El CIDMUC siempre ha destacado por su enfoque inclusivo, sin distinciones entre géneros o estilos musicales. Esta filosofía seguirá guiándonos, ahora con el impulso de sangre de nueva, de jóvenes investigadores con experiencia que queremos sumar, manteniendo el vínculo con los esas figuras más sabias dentro de la musicología cubana. Queremos potenciar que el centro sea reflejo de la realidad sonora cubana, de los músicos cubanos, de todas las etapas y de todos los géneros.. La institución debe seguir siendo ese espacio plural donde converjan todas las miradas sobre nuestra música, incluyendo valiosos aportes de pensadores que, sin formación musicológica formal, han enriquecido sustancialmente su estudio. Sobre todo, mantenemos el compromiso irrenunciable de defender los valores fundamentales de nuestra cultura nacional.. Lea Cárdenas y Laura Vilar. Foto: Lea Cárdenas/ Facebook. —Tomando en cuenta su experiencia previa en el CIDMUC bajo la dirección de Laura Vilar, ¿qué enseñanzas clave aplicará en su gestión?. Laura Vilar fue para mí mucho más que una destacada musicóloga y defensora de nuestra cultura. Fue mi maestra, mi amiga y, en cierto sentido, una figura materna. De ella heredé valores fundamentales que guiarán mi gestión.. Aprendí de Laura el profundo respeto y compromiso con nuestra música e identidad nacional. Me enseñó a valorar el trabajo ajeno, a cultivar el talento colectivo y a mantener siempre la mesura y el compañerismo. Tuve el privilegio de formarme bajo su tutela, y gran parte de mi desarrollo profesional se lo debo a sus enseñanzas y apoyo.. Honrar su legado será uno de los pilares de mi trabajo. La musicología cubana y el propio CIDMUC tienen una deuda permanente con ella: la creación del sello Ediciones CIDMUC, la revitalización de la Revista Clave –una de nuestras publicaciones científicas más prestigiosas–, y la formación constante de nuevas generaciones de especialistas, labor que impulsó desde la institución.. Mantener vivo este espíritu que Laura imprimió al centro será motivación constante, no solo para mí, sino para todo el equipo que ahora asume esta nueva etapa. Su ejemplo seguirá siendo nuestra brújula en cada proyecto que emprendamos.. —Su formación incluye estudios en Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y La Habana. ¿Cómo influyó este recorrido geográfico y cultural en su perspectiva como musicóloga?. Nací en Camagüey, pero me trasladé muy pequeña a Ciego de Ávila. Durante mi tránsito de nivel elemental a nivel medio visité mucho el Conservatorio José White de Camagüey y recibí clases con las profesoras Elizabeth Vidal en piano y María Teresa en asignaturas teóricas, lo que constituyó mi primer acercamiento a la formación musical. Cursé el nivel elemental en la escuela Ñola Sahig de Ciego de Ávila, donde obtuve una formación artística completa y de calidad, característica de nuestro sistema de enseñanza artística.. El verdadero despertar de mi vocación musicológica ocurrió en el Conservatorio Ernesto Lecuona de Sancti Spíritus, donde tuve la dicha de formarme con un claustro mayoritariamente femenino en las asignaturas musicales, compuesto principalmente por musicólogas. Fueron profesoras como Analeese Brizuela, Leticia Ortiz y Adaylen Torres quienes, con su pensamiento transdisciplinar y su enfoque analítico 360° de los fenómenos musicales, despertaron mi interés por esta disciplina. Su manera particular de analizar la música, con inquietudes que iban más allá del enfoque tradicional, me inspiró a seguir sus pasos. Katia Rojas fue otra destacada musicóloga de Sancti Spíritus que influyó significativamente en mi formación.. En cuarto año me trasladé a la Escuela Nacional de Arte Amadeo Roldán en La Habana, donde experimenté el dinámico y ecléctico ambiente musical de la capital. Allí recibí clases de excelentes pedagogos como Miriam Lay, una de las grandes maestras de solfeo en Cuba, bajo la dirección de Roberto Chorén, otro destacado educador. Esta etapa confirmó mi decisión de estudiar musicología.. Posteriormente ingresé al ISA en la especialidad de Musicología, donde completé mi formación con un extraordinario claustro integrado por figuras como Mery Córdoba, Grizel Hernández Baguer, Miriam Villa, Iliana García, Ailer Pérez Gómez, Carmen Souto, Lino Neira Betancourt (mi tutor de tesis), María Elena Vinuesa, entre otros. Estos maestros me brindaron una sólida formación que me permitió analizar los procesos musicales cubanos e internacionales desde la perspectiva musicológica.. Este tránsito por múltiples provincias me ha permitido desarrollar una visión global de la música cubana, conocer las tradiciones particulares de cada región y apreciar el profundo amor que los investigadores locales sienten por su patrimonio. He podido constatar cómo, a pesar de defender sus raíces locales, todos se involucran igualmente con lo que ocurre a nivel nacional e internacional. Lo más valioso ha sido comprobar cómo todos trabajamos por un bien común: la defensa de la cultura musical cubana. Esta experiencia me ha mostrado la riqueza de nuestro país en materia musical, el alto nivel profesional que existe en todo el país y la unidad de propósito que nos caracteriza como musicólogos cubanos.. —Graduarse con Título de Oro en el ISA es un logro destacado. ¿Qué proyectos o investigaciones de esa etapa marcaron su camino hacia la musicología?. Graduarme con título de oro fue simplemente eso; siempre me ha gustado la escuela, he disfrutado el proceso de aprendizaje, aunque considero que es un logro alcanzable para cualquier estudiante dedicado.. Durante mi etapa en el ISA, junto a mis compañeras Yamilka Cabrera, Gabriela Rojas y Carla Mesa –excelentes musicólogas todas–, mantuvimos una actitud activa participando en diversos proyectos. La profesora María Elena Vinuesa fue fundamental en este proceso, vinculándonos desde primer año con el ambiente profesional a través de su trabajo en Casa de las Américas y al Premio de Musicología que otorga la institución.. Esta exposición temprana al mundo real de nuestra disciplina nos permitió asistir a congresos, escribir reseñas y relacionarnos directamente con los principales pensadores de la musicología cubana, latinoamericana e internacional. Estas experiencias nos ayudaron a comprender la dinámica del gremio, admirar a sus figuras más destacadas y familiarizarnos con el lenguaje y procesos propios del campo.. El proyecto más significativo de esa etapa fue mi tesis de grado sobre el Conjunto de Folclore Caribeño Músico-Danzario La Cinta de Ciego de Ávila (Baraguá). Esta investigación me apasionó profundamente, no solo por su valor académico sino por la relación humana establecida con este grupo portador que me abrió las puertas de su comunidad, tratándome como un miembro más de su familia.. El trabajo me permitió una aproximación vivencial a la musicología de campo, una de las modalidades que más valoro en nuestra profesión. Tuvo además el mérito de incluir un componente práctico cuando los integrantes del conjunto viajaron a La Habana para mi defensa, permitiéndome mostrar su arte directamente y recibir su valiosa retroalimentación.. Por tanto, los hitos fundamentales de mi formación fueron: primero, la oportunidad única de vincularme desde estudiante con el circuito profesional gracias a la guía de la profesora Vinuesa; y segundo, la experiencia transformadora que representó mi investigación sobre La Cinta, que marcó mi enfoque como musicóloga.. Lea Cárdenas es la nueva directora del CIDMUC. Foto: Lea Cárdenas/ Facebook. —Su maestría se centra en el patrimonio documental de la música. ¿Qué acciones impulsará desde el CIDMUC para preservar y difundir este legado?. El CIDMUC siempre ha trabajado con el patrimonio musical cubano, siendo un defensor constante de este legado cultural. Mi vínculo personal con este ámbito comenzó gracias a Laura Vilar, quien me asignó un trabajo crucial: la conformación del expediente para la candidatura del bolero como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO, un proyecto binacional realizado conjuntamente entre Cuba y México. Esta experiencia, junto a mi posterior investigación sobre las peñas de bolero como práctica sociocultural contemporánea dentro de la comunidad bolerística, marcó mi camino hacia la maestría. Laura supo desde el principio que yo era la persona idónea para este trabajo, intuyendo correctamente que me enamoraría del tema, especialmente por mi dualidad como musicóloga y cantante, lo que me daría una conexión especial con esta expresión musical.. La institución tiene una larga trayectoria en la preservación patrimonial, como lo demuestran numerosas publicaciones de su sello editorial dedicadas a este campo. Este no es un tema nuevo para el centro, sino que forma parte fundamental de su gestión desde hace mucho tiempo. La defensa y estudio del patrimonio musical siempre han estado presentes en nuestro trabajo.. En esta nueva etapa que nos toca dirigir, mantendremos y fortaleceremos este compromiso con el patrimonio musical cubano. Continuaremos trabajando en su preservación y difusión, expandiendo las líneas de investigación relacionadas. Actualmente apoyamos procesos como la declaratoria del son cubano, otro importante empeño del CIDMUC que se está llevando a cabo desde la musicología. Reconocemos que la defensa de este patrimonio no es tarea exclusiva de nuestro centro, sino una responsabilidad compartida con todas las instituciones que defendemos la salud y el valor de la música cubana en su sentido más amplio.. —Como miembro de la UNEAC, ¿cómo visualiza la colaboración entre el CIDMUC y otros actores del sector cultural cubano?. La UNEAC representa una de las organizaciones más integradoras del gremio artístico cubano, donde siempre han tenido espacio tanto el CIDMUC como la musicología nacional. Esta etapa adquiere especial relevancia al estar presidida por primera vez por una musicóloga, la profesora Marta Bonet, lo que sin duda fortalecerá los tradicionales vínculos entre ambas instituciones.. Históricamente, estas relaciones han sido cercanas, con figuras como Laura Vilar desempeñando un papel activo y determinante en muchos procesos desde la UNEAC. El centro siempre ha participado en iniciativas concretas y prácticas con esta organización.. Actualmente, como miembro de la sección de musicología de la UNEAC –antes liderada por la excelente Alicia Valdés y ahora bajo la dirección de Nery González, otra destacada profesional– mantengo el compromiso de fomentar esta colaboración. Nuestro objetivo es continuar compartiendo experiencias, apoyándonos mutuamente en todo lo necesario y preservando las buenas relaciones existentes, siempre con la mirada puesta en la defensa de nuestra cultura nacional. —Como profesora en la Escuela Nacional de Artes y ahora en la Universidad de las Artes, ¿cómo integra la docencia con la investigación musical?. Considero que la docencia es fundamental para cualquier profesional, independientemente de su especialidad. Estar frente al aula y mantener contacto directo con los estudiantes representa, en primer lugar, una oportunidad para repensar y actualizar constantemente el conocimiento. Esta interacción demuestra que el saber no es absoluto y siempre existen nuevos aspectos por investigar y aprender. Los alumnos me confrontan con preguntas y perspectivas que quizás nunca había considerado, llevándome a territorios intelectuales inexplorados.. Esta dinámica enriquecedora me obliga a mantenerme informada, renovar mis fuentes y plantearme continuamente nuevos cuestionamientos. Para mí, vincular la enseñanza con la investigación no ha representado un desafío, pues ambas constituyen facetas complementarias de un mismo proceso formativo. Como musicóloga, opero bajo el principio del conocimiento en espiral: partimos de una base conceptual que revisitamos constantemente, cada vez con mayores niveles de profundidad.. La docencia sigue esta misma lógica. Al analizar un fenómeno musical con los estudiantes, debemos abordarlo desde múltiples perspectivas, incorporando nuevos enfoques para responder a sus inquietudes. Este ejercicio nos lleva a ascender permanentemente en nuestra comprensión. Por ello, no percibo estas actividades como separadas, sino como etapas interdependientes del mismo proceso de construcción y transmisión del saber musicológico.. —¿Qué significa la musicología para Lea Cárdenas?. La musicología, más que mi profesión, es una actitud ante la vida. Ser musicólogo implica una forma de estar en el mundo. He tenido la fortuna de formarme con grandes maestros: Lino Neira, mi tutor de tesis, excelente pedagogo e investigador; Laura Vilar, como mencioné antes; y María Elena Vinuesa, con quien mantengo no solo un vínculo profesional, sino también afectivo.. De la profesora María Elena aprendí que la musicología trasciende lo académico. Un musicólogo lleva siempre un ojo crítico, una curiosidad insaciable. No se conforma con respuestas superficiales ni vive cómodo con dudas. Cuestiona constantemente la realidad, busca profundizar, y aunque no siempre encuentre soluciones definitivas, siempre va a encontrar la manera de saciar esas dudas. Un musicólogo no se conforma con una con un alcance epidérmico de una información determinada. El musicólogo busca, se cuestiona la realidad todo el tiempo. El musicólogo es inquieto.. Para mí, la musicología es eso: una actitud ante la vida, mi vocación, una de mis grandes pasiones y un componente esencial del ecosistema musical cubano. Es fundamental para la investigación, gestión y desarrollo de nuestra música.. En video, “Tengo”, de Lea Cárdenas. Vea además:. Nombrada Leannelis Cárdenas Díaz, como directora del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana CIDMUC
Cultura – Cubadebate