El autor de «La particular historia de un niño» y «La hermosa habitación está vacía» falleció en Nueva York a los 85 años.
El autor de ‘ La particular historia de un niño ‘ o ‘ La hermosa habitación está vacía’, falleció en Nueva York a los 85 años. El escritor Edmund White en su casa de Nueva York, en 2019. Mary Altaffer (AP) Con Edmund White, fallecido el pasado martes en Nueva York a los 85 años, ha muerto el último de los grandes autores estadounidenses que durante dos siglos fueron capaces de salvar esa brecha cultural entre Estados Unidos y Europa que ya no tiene remedio. Como Henry James o su maestra / amiga / némesis Susan Sontag, White sirvió de polinizador cruzado entre los dos continentes. Más información El chico pintado vivió 15 años en Francia, fue muy culto y curioso, escritor de raza y también mundano disfrutón, invitado y bienvenido en palazzi venecianos, clubs de cruising neoyorquinos o chateâux provençales. En su viaje de ida y vuelta, trajo a Europa la primera de las nuevas formas americanas de escribir y vivir en los años ochenta: Nueva York como materia y escenario de modernidad y libertad sexual, la idea misma de autoficción (él inventó el término) y la «literatura gay» como género, que nunca dejó de reivindicar, ni durante la crisis del sida, que vivió en primera línea, ni después, cuando muchos autores prefirieron sacudirse el término. Y se llevó a su país la obra de muchos escritores, directores de cine, músicos o artistas hasta entonces desconocidos, en una época en la que Estados Unidos no consideraba «cosmopolita» un adjetivo peyorativo ni había caído en el ombliguismo cultural. Era un clásico en vida, último tribunal de apelación en cuestiones de gusto y calidad literaria y leyenda del mundo cultural de la Costa Este, profesor en Princeton y autor de libros de muy alta calidad de larga venta como La bella habitación está vacía o La particular historia de un niño. Su fortuna editorial y lectora en castellano ha sido siempre algo más precaria, aunque casi toda su extensa obra puede encontrarse en ediciones de Deboljillo, Destino, Lumen y últimamente de la refinada Blatt & amp, Ríos, que está a punto de publicar por primera vez en castellano La sinfonía de los adioses y cerrar así su trilogía, una de las grandes obras de ficción autobiográfica del siglo: con el poeta Mariano Blatt, su cofundador, he hablado de nuestra pasión por su obra y de la suerte de haber podido entablar amistad con White. Querido pero firme, sin paciencia para la pandereta, muy neoyorquino por tajante y sin pelos en la lengua, apasionado por el cotilleo y orgullosamente indiscreto, sofisticado y erudito pero con el don de la naturalidad sin pretensiones, espléndidamente inmoral. Quienes le tratamos hemos ganado mucho con su magisterio irónico y bien humorado: incluía el derecho y casi el deber de bromear sobre absolutamente todo y la reivindicación de la vieja escuela libertina europea contra el puritanismo y la moralina que asolaron su infancia y adolescencia en el Medio Oeste y reaparecieron en las guerras culturales de sus últimos años. Independientemente de su edad oficial, White siempre fue un escritor joven y siempre atrajo, animó e inspiró a los jóvenes que durante décadas han hecho pasar su nombre por contraseña. Sus libros han sido para muchos verdaderas revelaciones e iniciaciones a la mayoría en edad de leer. Lo seguirán siendo, seguro, y esa certeza es un poco demasiado mala para tener que despedirle hoy. Su suscripción está siendo utilizada en otro dispositivo. ¿Desea añadir otro usuario a su suscripción? Añadir usuario Continúe leyendo aquí Si continúa leyendo en este dispositivo, no podrá leer en el otro. ¿Por qué observas esto? 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En 2022 publicó la recopilación de sus textos sobre arte contemporáneo ‘Visto y no visto’ (Machado Libros). Ganador del Premio Anagrama de Ensayo. Por favor, active JavaScript para ver el & lt, un href = «https: / / disqus. com /» para su nombre y apellido para comentar las fechas completas. ref _ noscript» rel = «nofollow» comentarios realizados por Disquers. & lt, a & gt, Más información Archivado en CulturaObituariosLiteratura LibrosLiteratura gayesEstados Unidos EuropaSi está más interesado en este contenido: 656, 020.
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El último de los grandes autores estadounidenses que durante dos siglos tendió un puente sobre esa brecha cultural entre Estados Unidos y Europa que no tiene más remedio es Edmund White, fallecido el pasado martes en Nueva York a los 85 años. White sirvió de polinizador cruzado entre los dos continentes, como Henry James o su maestra, amiga o némesis Susan Sontag. Seguir leyendo