Los Rolling Stones, pareja de Mick Jagger, y una pieza significativa de la edad de oro del pop inglés fueron su musa.
La cantante Marianne Faithfull ha fallecido a los 78 años, según ha informado su portavoz a la prensa británica. «Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento de la cantante, compositora y actriz Marianne Faithfull. Ha fallecido hoy en paz en Londres, en compañía de su querida familia. La echaremos mucho de menos». De origen burgués y buena educación, la leyenda femenina del rock and roll británico empezó su carrera a los 18 años, interpretando el tema As Tears Go By, compuesto por Mick Jagger y Keith Richards. Allí comenzó su relación con los Rolling Stones y su noviazgo con Jagger, junto al que protagonizó decenas de portadas y titulares. Entre 1966 y 1970, Faithfull y Jagger vivieron su romance tóxico, caracterizado por fiestas estrambóticas donde el sexo y las drogas eran su alimento básico. Cuando vivía en la calle, presa del laberinto de la heroína y la anorexia, a esos años locos siguieron tiempos más oscuros, que supo compaginar con la consolidación de una trayectoria musical en las décadas de 1980 y 1990. Ella sola fue escribiendo su propia historia, la misma que intactó sus dos autobiografías, primero en Marianne Faithfull, en 1995, y luego en Recuerdos, sueños y reflexiones, en 2007. «Lamento no haber dado más cariño a mis padres, pero por lo demás no me arrepiento de nada de lo que hice en el pasado. El remordimiento siempre está ahí, pero creo que el arrepentimiento es un sentimiento bastante estúpido», reconocía en su primer libro. Habrá una actualización en breve].
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En una foto en blanco y negro tomada en 1969, Marianne Faithfull y Mick Jagger abandonan un tribunal británico entre periodistas y cámaras tras ser acusados de posesión y consumo de drogas. El cantante de los Rolling Stones, que luce un traje de rayas diplomáticas y una corbata psicodélica, agarra a la chica del brazo, pero parece más preocupado por conservar sus legendarios labios para la cámara. Marianne, enfundada en un tres cuartos de tela ligera y cuello alto, tiene el rostro serio y la mirada perdida, como si se hubiera dejado llevar por el ajetreo sin darse cuenta de lo que había ocurrido.