Operación Peter Pan y cine móvil: Dos historias que convergen en la Bienal de La Habana (+ Video)

La artista peruana Sonia Cunliffe trae a la Bienal de La Habana el videoarte “Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia”, que vuelve sobre ese triste acontecimiento de los años 60. La obra se proyecta en el último camión de cine móvil que existe en Cuba. Sobre su concepción y recibimiento dialogamos con la artista en el presente trabajo.. The post Operación Peter Pan y cine móvil: Dos historias que convergen en la Bienal de La Habana (+ Video) first appeared on Cubadebate.

 

La artista peruana Sonia Cunliffe trae a la Bienal de La Habana el videoarte “Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia”, que vuelve sobre ese triste acontecimiento de los años 60. La obra se proyecta en el último camión de cine móvil que existe en Cuba. Sobre su concepción y recibimiento dialogamos con la artista en el presente trabajo.. The post Operación Peter Pan y cine móvil: Dos historias que convergen en la Bienal de La Habana (+ Video) first appeared on Cubadebate.

  

Camión de cine móvil, en la XV Bienal de La Habana, proyecta «Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia». Foto: Marcelino Vázquez Hernández/Cubadebate.Unos ocho años de vida, una maleta a la altura de la cadera, la llegada a un campamento de acogida en Miami, que desde ese día se convertirá en su hogar.Unos cuatro años. Espera en la fila para lavarse las manos junto a otros niños. Se seca con su batica blanca, como perdida, ante la ausencia de alguien que vele por ella.Alrededor de siete años. Solo, frente a la cama de su campamento, llora con las manos en el rostro, como para que nadie se dé cuenta.Soledad y desarraigo son el hilo conductor de estas escenas extraídas del documental “La manzana perdida”, de Cliff Solway. La obra de 1962, aunque pretende limpiar la imagen de la Operación Peter Pan, atesora crudas realidades vividas por más de 14 000 niños cubanos que partieron solos a Estados Unidos en la década de los 60. Sus padres habían sido convencidos de que el gobierno cubano les quitaría la patria potestad.Ahora estas historias son traídas al presente y recontextualizadas por la artista peruana Sonia Cunliffe, quien dio vida al videoarte “Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia”, a partir de escenas de “La manzana perdida” contrapuestas con fragmentos del largometraje de animación “Peter Pan”, de Disney.“Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia”, presentado este año en la XV Bienal de La Habana, mezcla realidad y ficción en aproximadamente ocho minutos, y muestra la triste verdad de los menores cubanos de entre tres y 17 años que fueron separados de su familia y obligados a reinsertarse en una cultura totalmente ajena.Sonia Cunliffe, reconocida por su trabajo con el archivo y su interés por rescatar la memoria, apostó en esta Bienal por una simbiosis entre los efectos de la Operación Peter Pan y otro acontecimiento de la década de los 60 en Cuba, contrapuesto de manera radical en su esencia y fines: el cine móvil.De ese modo, los espectadores pueden disfrutar del videoarte dentro del último camión de cine móvil existente en el país, traído para la ocasión de Camagüey a La Habana.Este no es el primer año que Cunliffe asiste a una Bienal de La Habana. En la pasada edición participó con el proyecto “La encrucijada del hombre nuevo, una utopía vista en el tiempo”, sobre el proceso alfabetizador en Cuba.Su interés por contar lo sucedido con la Operación Peter Pan le viene, entre otros factores, por la sensibilidad hacia los niños legada por su profesión inicial de maestra, y por la vocación hacia el estudio de los apegos y desarraigos.»Sentí el compromiso de traer la historia de la Operación Peter Pan al presente», afirma Sonia Cunliffe. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/Cubadebate“Cuando conocí la historia de la Operación Peter Pan me pareció muy fuerte. No podía comprender, siendo madre y mujer latinoamericana, cómo los padres enviaban voluntariamente a sus hijos solos a otro país, donde la mayoría no conocía a nadie, ni entendían las costumbres o el idioma. Luego descubrí el rol nefasto de la iglesia católica, siendo yo misma católica; y advertí el poder de las noticias falsas en el comportamiento de las personas. Entonces sentí el compromiso como ser humano de traer esa historia al presente, para que no se repita”, comenta.Sobre la idea de relacionar esta historia con el cine móvil, Cunliffe cuenta que la premisa de la Bienal este año era “horizontes compartidos”, propuesta que, para ella, consistía en vincular a la comunidad con la obra.“La periodista Maribel Acosta me comentó sobre la tradición de cine móvil en Cuba y cuando empecé a investigar, descubrí que quedaba un camión en Camagüey, y que el chófer que lo había cuidado vivía en un pueblo llamado El Lugareño. Decidimos viajar a la provincia y hacer las formalidades necesarias para traer el camión a la Bienal. También le hicimos un hermoso homenaje al señor Alberto Sedeño, que desde los 22 años hasta su jubilación había sido el chófer y proyeccionista del vehículo. Era importante recuperar esa memoria, ahora que el ICAIC cumplió 65 años, y el cine móvil 63”, afirma Sonia.El camión que hoy proyecta por varios puntos de La Habana el videoarte de la artista peruana estaba siendo empleado como vehículo de carga. Sin embargo, la población, artistas e instituciones unieron fuerzas y pudieron recuperarlo. En julio el vehículo comenzó a proyectar películas en Camagüey, y esta es la primera vez que sale fuera de la provincia desde entonces. De acuerdo con Sonia, la acogida en la Bienal ha sido “fantástica”.“Las personas han mostrado mucho interés. Nos encontramos con un adulto mayor cuyo hermano fue “Peter Pan” y nos contó cómo su familia se deshizo. Otra persona me dijo que recuerda con claridad cuando sus primos partieron. Me envían audios, se interesan. Han sido familias quebradas para siempre, porque, incluso quienes se han reencontrado, cargan una herida que jamás sanará”, afirma.No obstante, a Cunliffe le ronda una preocupación: se ha dado cuenta de que muchos jóvenes desconocen la Operación Peter Pan o saben detalles muy generales de los acontecimientos. “Creo que hay que volver a mostrar este capítulo de la historia cubana”, sostiene.Mantiene su convicción desde el conocimiento del poder nefasto que pueden ejercer las noticias falsas. “En estos tiempos, con el auge de la tecnología y las redes sociales, existen tantas mentiras circulando que es necesario investigar a fondo, contrastar fuentes y buscar todas las aristas posibles en cada tema”.Entre las lecciones más importantes de la obra destaca que no se debe jugar con las infancias. “Los políticos aluden a ellas para salir electos, pero una vez en el poder lo último que les interesa son las infancias”, opina.Sonia sostiene que no analiza los temas desde una posición política predeterminada. “Básicamente, miro un rasgo de la humanidad con el que estoy de acuerdo o no. No tiene que ver con otro pensamiento más allá del amor profundo que se debe sentir por el ser humano y, en este caso, el respeto al niño, venga de donde venga”, explica.Esa dedicación a las infancias y el amor por la historia han marcado su carrera, en la que Cuba ha jugado un rol fundamental.Entre sus obras más importantes destaca la exposición fotográfica “Documentos extraviados: Los niños de Chernóbil en Cuba”, sobre menores que, como los de la Operación Peter Pan, se trasladaron de una cultura a otra, pero en una causa radicalmente opuesta, pues a Cuba venían a curarse y acompañados por sus padres.La obra vincula la historia de la Operación Peter Pan con el cine móvil. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/CubadebateDe videoarte, historia y esenciasNelson Ramírez de Arellano, director de la XV Bienal de La Habana, el 20 de noviembre de 2024.Foto: Marcelino Vázquez Hernández/CubadebateSobre el vínculo del videoarte con el cine móvil en el proyecto de Sonia Cunliffe, el director de la Bienal, Nelson Ramírez de Arellano, comenta que posee elementos colaborativos entre artista, proyeccionista y espectadores, que permiten al público ser partícipe de la obra y sentirla suya.“Este trabajo proviene de las artes visuales, se apropia del cine y deconstruye dos obras cinematográficas para crear una tercera. Luego se vincula a un proyecto de cine móvil y ocurre un fenómeno de transdisciplinariedad, donde la artista crea valores dentro de otra disciplina”, afirma.La contraposición entre “La manzana perdida” y el animado “Peter Pan” en el videoarte extrapola al espectador a una realidad desconcertante. Se distorsiona el sonido y el ritmo, en escenas donde la tensión crece para transmitir el trauma instalado en mentes que apenas comenzaban a vivir.En la ficción animada, Wendy y sus hermanos salen de sus casas a explorar Nunca Jamás, pero tienen la posibilidad de volver cuando extrañan su hogar. Los niños cubanos no regresaron. Algunos ni siquiera pudieron reencontrarse con su familia. Esa es la brecha insalvable que nos presenta una y otra vez “Operación Peter Pan, de ausencia en ausencia”.La Operación Peter Pan fue una de las acciones más perversas de guerra psicológica contra Cuba, desplegada por la CIA, con la colaboración del Departamento de Estado de Estados Unidos, la contrarrevolución interna y externa, y organizaciones católicas que circularon la noticia falsa de que el gobierno cubano quitaría los hijos a sus padres y los privaría de la patria potestad.Monseñor Bryan O. Walsh fue uno de los principales artífices de la operación. De acuerdo con el artículo “Operación Peter Pan: Así la CIA trasladó secretamente a Estados Unidos y España más de 14 000 niños cubanos sin acompañantes”, publicado en Granma, desde el 26 de diciembre de 1960 hasta el 28 de febrero de 1962, un total de 7 778 niños habían llegado a la Florida de forma clandestina, sin acompañantes.Durante años, los menores fueron afectados de una forma u otra por el desarraigo, el abandono y la tristeza. Son viejas heridas que aún no han sanado, y que vuelven a nuestra memoria en esta XV Bienal de La Habana.En video, Fidel habla sobre la Operación Peter Pan

 Cultura – Cubadebate 

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