“Que empiece ya, que el público se va”: así es una tarde de plan familiar en el cine viendo ‘Padre no hay más que uno 5’

Más de 9 millones de espectadores y un total de más de 53 millones de euros están presentes en la quinta entrega de Santiago Segura, que representa un total de más de 9 millones de euros.

  

La ola de calor ha dejado de ser una amenaza y a las seis un termómetro a la entrada de Kinépolis, en Boadilla (Madrid), marca 36 grados. Ir al cine parece la mejor forma de superar el primer viernes sin cole. Una familia con tres hijas de entre cinco y 10 años intenta conseguir las entradas para una de las máquinas de este megacomplejo de cine que tiene hasta Premio Guinness. «Es eso, papá, pincha en esa», le dice Martina, la hermana mayor, a su padre mientras intenta averiguar cómo funciona el sistema sin éxito. «Nos toca en la sala más grande», responde para sumarse al entusiasmo de su hija, que por su nombre identifica a cada uno de los cinco miembros de la familia del Padre. Esta es la última entrega de la saga Santiago Segura que revive la colección cada verano desde 2019. Sólo el jueves 26, día del estreno, sumaba más de medio millón de euros y ya era líder de taquilla. Según los datos provisionales de ComScore, la empresa que ha auditado las taquillas de cine, entre el viernes y el sábado ya ha superado las 1, 022. 000. Más información ‘ Padre sólo hay un 5’: Santiago Segura cierra la saga con una ensalada en la que falla la saga. Lo que aún no sabe este padre que, visto lo visto, se va a encontrar a un humano que le proporcione las cinco entradas (algo más de 11 euros por persona), es que esta tarde la sala que ha sido reconocida como la más grande de España se parecerá más a una cámara frigorífica porque se ocuparán apenas unas 50 de las mil localidades disponibles. Muy pocos cuerpos para generar el calor suficiente para combatir el potente aire acondicionado. La misma decepción debieron llevarse dos hermanas de ocho y diez años, con un terrón de azúcar en la mano, que al entrar gritaron a su madre: «¡Esto es gigante y se va a llenar! «. El vestíbulo que distribuye las salas muestra ya una clara división de los espectadores: los jóvenes de más de 15 años sin sus padres y algunos grupos de colegas vienen a ver F1, la película. El resto se dirige a la sala 25, que tiene dos entradas, para ver si Javier García (Santiago Segura) y Marisa Loyola (Toni Acosta) son capaces de conducir a uno de sus seis hijos o a los satélites que se les han unido durante las cuatro entregas anteriores. De ahí el subtítulo de la película, Nido repleto. Calma Segura y Santiago Segura, en ‘ Padre sólo hay un 5’. Un padre grita: «¡Ven ya! «, durante los 15 minutos de anuncios y trailers de películas familiares, no se sabe si por el deprimido o por las ganas que le pone su hija de cinco años, que se levanta y canta: «Que vaya el público». No le da tiempo a terminar la canción cuando empieza la película. «Ueeeee», celebró. A partir de este momento, la película tiene tantas lecturas como tramos de edad hay entre el público. Las risas de los niños se escuchan cada vez que la hija menor de la película hace una broma o muestra su perspicaz pillería. Es fácil identificar las locuras de padres y madres, no sólo por el tono, sino porque siempre sucederán a chistes sobre el aspecto físico del personaje que interpreta Leo Harlem, los intentos fallidos (y quizá demasiado repetitivos) de Segura por llevarse por delante a su suegro, a su suegra, a su yerno e incluso a su madre. El personaje está interpretado por Loles León, que no falla para el público, aunque la sensación ha sido de deja vu desde 2003, cuando apareció por primera vez en la serie Aquí no hay quien viva. «Es una película de costumbres», ha advertido Segura durante la promoción de ésta y las anteriores. La saga comenzó explotando el ya clásico género de padres superados por las circunstancias (un par de ejemplos: Tres solteros y un biberón y Cariño he encogido a los niños). Es decir, una trama basada en un hombre que desata el caos y la comedia al ser incapaz de responsabilizarse del cuidado más básico de sus hijos. El tema cambia a partir de la segunda entrega, cuando se produce una especie de deconstrucción del personaje del cineasta hacia una supuesta nueva masculinidad desde la que se despliegan más gags. Proyección de la película ‘Padre sólo hay uno 5’ en los Cines Callao de Madrid el 26 de junio de 2025. Claudio Álvarez «Estas películas triunfan no porque condenen a este personaje o porque quieran desmontar este arquetipo, sino porque se ríen amablemente de él», dice la columnista y escritora Paloma Rando, que defiende el contrapunto que Toni Acosta ha aportado a la franquicia: una madre que desde el primer parto identificó en su marido «a un cuñado». «Porque efectivamente lo era y porque la comedia necesita conflicto», explicaba la propia guionista de la saga, Marta González de Vega, en unas recientes declaraciones a EL PAÍS. Segura ha establecido un reparto que también permite que cada espectador encuentre su espejo en la pantalla. «La conexión emocional de los niños con los personajes es clave para el éxito de esta saga», continúa Rando. «Han pasado seis años desde el primer estreno, un tiempo que para un adulto puede ser menor, pero que para un niño puede significar casi toda su infancia o incluso la entrada en la primera adolescencia. Han ido creciendo al mismo tiempo que los personajes. Eso es muy potente y tiene un efecto de acoplamiento». Hay que sentarse al final de la película, como en muchas películas de Pixar, porque hay una sorpresa. En este caso, una sucesión de imágenes y vídeos que repasan momentos de las cinco entregas y una colección de fotos personales de los actores que muestran los importantes cambios que el tiempo produce en los más pequeños, algunos de ellos ya adolescentes y adultos. «Esto genera una identidad y un vínculo que habla de forma intergeneracional y acaba creando hábito», afirma Pau Brunet, analista cinematográfico. Proyección de la película ‘Padre sólo hay uno 5’ en los Cines Callao de Madrid el 26 de junio de 2025. Desde 2019, Segura ha acercado a más de nueve millones de personas a las salas españolas y ha recaudado más de 53 millones de euros con esta franquicia. «Entre 2017 y 2024 los productores españoles han conseguido desarrollar más de 50 películas familiares, tanto de animación como de imagen real, que han recaudado 224 millones de euros y vendido casi 37 millones de entradas», ha calculado Brunet, «y la gran responsable de estos ingresos es la factoría Bowfinger, con Santiago Segura y María Luisa Gutiérrez a la cabeza». Juntos concentran nueve títulos que acumulan 86. 6 millones de euros y casi 15 millones de entradas vendidas». El director de cine ha fijado el estreno de sus películas al comienzo del verano, convirtiéndolo casi en un acontecimiento de apertura estival. «Se convierte en un signo de temporada, como las películas de Navidad o Semana Santa», señala el analista cinematográfico, «y estas tradiciones funcionan muy bien no sólo en España, sino en todo el mundo». La familia García Loyola, con el representante que encarna Antonio Resines, en ‘ Padre sólo hay uno 5’. Marina CaputoLa pantalla se va a negro y una potente luz entra por la puerta de salida pasadas las 8 de la tarde. Los dos hermanos que no han aguantado toda la película esperan al resto de su familia para felicitarse por su hazaña: «Nos hemos escapado al baño y no nos han pillado». Una abuela, ya desposeída de cualquier filtro, le dice a su nieta: «Vaya rollo, ¿no te has dado cuenta de que me he quedado dormida? Otra madre, aún no tan liberada por la edad y la seguridad como para tener clara conciencia de la inevitabilidad del tiempo, confiesa a sus dos hijos: «Esto ha sido lo más divertido, pero ha estado bien». El padre sigue con el refuerzo positivo y prosigue: «Y ahora, a por unas hamburguesas», para alegría de sus hijos. Las familias tienen que cruzar el parkig para volver a entrar en Kinépolis, donde les esperan varios restaurantes de comida rápida. Se acabó otro día de permiso escolar.

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La ola de calor ha dejado de ser una amenaza y a las seis un termómetro a la entrada de Kinépolis, en Boadilla del Monte (Madrid), marca 36 grados. Ir al cine parece la mejor forma de superar el primer viernes sin cole. Una familia de tres hijas de entre cinco y diez años trata de conseguir las entradas para una de las máquinas de este enorme complejo cinematográfico que tiene hasta el Premio Guinness. Martina, la hermana mayor, le dice a su padre: «Es ése, papá, pincha en ése», mientras intenta averiguar cómo funciona el sistema sin éxito. «Nos toca en la sala más grande», responde para intentar sumarse al entusiasmo de su hija, que por su nombre identifica a cada uno de los miembros de la familia del Padre solo hay un 5, la última entrega de la saga de Santiago Segura que revive la colección cada verano desde 2019. Sólo sumó más de medio millón de euros y ya era líder de taquilla el jueves, día del estreno. Entre el jueves y el viernes, la empresa que auditó las taquillas de cine, basándose en los datos provisionales de ComScore, superó el millón de euros. Seguir leyendo

 

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