Sebastián Fernández y Duarte Fernandes pecaron de ímpetu juvenil con una mansada de Los Espartales cuando Diego Ventura cortó una oreja y cortó una oreja.
Los seis toros de Los Espartales no viajaron a la capital para participar en un espectáculo de rejoneo, sino en un concurso de salto de altura. Y fueron tres los que lograron pasar con nota, y uno de ellos, el sexto, se alzó con la medalla de oro al saltar al callejón hasta en dos ocasiones, la última, con mucho mérito, por la acrobacia que completó limpiamente después de tener en la faena dos terrenos de castigo. Todo un proze. Más información Ver las crónicas de Antonio Lorca de la Feria de San Isidroaqui que se dirigió hacia toriles Sebastián Fernández, que confirmó la alternativa, con la garrocha a hombros, en una muy pesada y campera, para esperar a la primera de la tarde. Lo que no se imaginaba el caballero es que el toro no lo miraría, ya que mostró mucho más interés en las tablas de la barrera y buscó la forma de salvarlas que en prestar atención al caballo, al molinillo y a la garrocha. Hasta que lo hizo, saltó bien y llegó a colocar los pitones en el borde de un burladero interior, de modo que los que allí se refugiaban se llevaron un susto de muerte. Afortunadamente, sólo un susto, pero no lo olvidarán en su vida. El segundo lo intentó, pero no se atrevió. El tercero era la oveja negra de la familia, mostraba una marca y una casta de la que carecían sus hermanos. El cuarto volvió al paseo y olió las tablas, y allí estaba la cosa. El quinto salió de pequeño con la clara intención de emular al primero, se olvidó del caballo y saltó al callejón sin problema. Y llegó el sexto, la estrella de la camada: se equivocó en el primer intento porque quiso hacerlo por su lado y le fallaron las fuerzas, pero visitó el callejón después de la primera reja de castigo y sorprendió a varios operarios, que se les habían adelantado, a unos para alejarse de las inmediaciones del animal, y a un tercero para volver al callejón con gran dificultad después de saltar a la arena. Sin embargo, Malacara, que así se llamaba el toro, se negó a permitir que colocaran un segundo rejón y volvió al callejón por segunda vez, que se habría levantado, sin duda, en el triunfador de la tarde. Se nota que estaban entrenados, que en vez de correr por la dehesa, se habrían dedicado al entrenamiento diario del salto de altura. Y el pabellón lo han dejado alto. El problema es del ganadero, que mandó calaveras en vez de los toros que triunfarían junto a los caballeros, que no lo tuvieron fácil con los atletas. A excepción del tercero, son lustrosos y muy bajos. Diego Ventura pudo salir por la Puerta Grande -hubiera sido el 20 de su trayectoria- si no fallaba con el rejón de muerte en el cuarto, pero hubiera sido una salida a hombros sin matices, porque el gran molinillo no está en su mejor momento. Sufrió una grave percance el 11 de mayo, con fractura de cuatro huesos del pie izquierdo, y ha preferido no someterse a una intervención quirúrgica, y se le nota que no está bien. Parece dolorido, ha perdido frescura y no está centrado -al menos, eso parece- en su trabajo. Ha estado bien, porque a estas alturas Ventura no sabe estar de otra manera, pero sin el dominio absoluto y la alegría de siempre. Falló con las banderillas hasta dos veces en el segundo de la tarde y dos con las banderillas a dos manos en el cuarto, a lomos de Bronce sin cabeza. Le acompañaban dos jóvenes, el granadino Sebastián Fernández y el portugués Duarte Fernandes. El primero demostró el oficio y buen dominio de las maneras de montar a caballo y torear en la ejecución de la suerte, salvo en la colocación del rejón de muerte. Lo pasó mal con el mansísimo primero y tuvo mérito su actuación con el quinto, aunque falló repetidamente a la hora de matar. Quizás, supo darle el ímpetu de la juventud, la pasión desenfrenada de la búsqueda del triunfo, el mismo problema que tuvo su compañero portugués, espectacular, con oficio, pero acelerado y sin el descanso necesario. Además, en el sexto, su caballo, Illusion, sufrió una cornada en la zona del vientre, a la altura de los cuartos traseros, cuando ejecutaba un quiebro. Por cierto, undécima tarde repleta de «no hay billetes» de los 20 festejos ya celebrados. Una fantástica noticia en la feria del toro de Saltarines. Los Espartales / Ventura, Fernández, FernandesToros de puntados para rejoneo de Los Espartales, correctos de presentación, muy mansos, deslucidos y desastados. Diego Ventura: rejón intermitente arriba (oreja), tres pinchazos y rejón arriba (silencio). Sebastián Fernández, que confirmó la alternativa: rejón muy trasero, contrario y bajo (ovación), tres pinchazos, muy bajo y trasero -aviso-, cuatro pinchazos y rejón trasero -segundo aviso- (silencio). Duarte Fernandes: tres pinchazos, rejón trasero y atravesado -aviso- y un descabello (silencio), pinchazo que descabella al toro (silencio). Plaza de Las Ventes. 31 de mayo. Vigésimo primera edición de la Feria de San Isidro. Lleno de «no hay billetes» (22, 964 espectadores según la empresa).
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Los seis toros de Los Espartales no viajaron a la capital para participar en un espectáculo de rejoneo, sino en un concurso de salto de altura. Y hubo tres que pasaron con nota, y uno de ellos, el sexto, recibió la medalla de oro saltando dos veces más, el último con mucho mérito, porque la acrobacia la completó limpia después de tener dos motivos de castigo en la matanza. una proeza completa. Seguir leyendo Los Spartal / Ventura, FernandesToros de puntados para rejoneo de Los Spartal, correctos de presentación, muy mansos, delucidos, y desastados. . Diego Ventura: rejón fulgurante arriba (oreja), tres pinchazos y rejón arriba (silencio).. Sebastián Fernández, que confirmó la alternativa: muy trasera, contraria y baja (ovación), tres pinchazos, muy baja y trasera -aviso-, cuatro pinchazos y trasera -segundo aviso- (silencio).. Duarte Fernandes: tres pinchazos, rejón trasero y atravesado -aviso- y un descabello (silencio), pinchazo que descabella al toro (silencio).. Plaza de Las Ventes. 31 de mayo. Vigésima edición de la Feria de San Isidro. Lleno de «no hay billetes» (22, 964 personas, según la empresa)