‘Tardes de soledad’: la magistral faena de tragedia, tauromaquia y misterio de Albert Serra

El duro y polémico documental, Concha de oro en San Sebastián, filma el ritual del masacrador Andrés Roca Rey y su escuadrón con una verdad sin aliento

  

En Torerillos, el cortometraje de Basilio Martín Patino en 1961 sobre las maletillas que persiguieron a los masacradores de la ciudad a la aldea con el único objetivo de arañar cuatro pases en capas, becerradas y eyaculaciones, la voz de Fernando Rey habló del «deseo, pobreza y miseria» de estos jóvenes atrapados en un trágico misterio, para querer ser un torero. Más informaciónAlbert Serra sacude a San Sebastián con su documental sobre tauromaquia: «La muerte de un toro me parece poética»Más de seis décadas después, en un mundo que poco o nada parece el de entonces, ese mismo enigma, el de una vida que sólo gana significado en la plaza y en la cara de la muerte, sobrevuelos Tardes de la soledad, el documental magistral de Albert Serra, ganador del ritual de Sangrila, Serra ha filmado una película muy dura que se centra, a través de planos muy cortos, en el cuerpo a toros. El primero de esos aviones, con los que comienza la película, es el de un bucle en la dehesa, en medio de la noche. El animal mira la cámara mientras su respiración profunda y sus ojos nos recuerdan su fatalidad. En la siguiente secuencia vemos a Roca Rey y su escuadrón dentro de la camioneta que los aleja de la plaza. El toro ya ha muerto y el torero, empapado de sudor y sangre, tiene una mirada entre perdido y desafiante, siempre indescifrable, que también es inquietante. Podría añadirse que, como el toro y la propia película, de una inquietante belleza. Lo que sigue son dos horas difíciles que pasan como un suspiro. Dos horas que entran a través de los ojos y oídos gracias a una fotografía y un diseño de sonido absorbente que siguen los pasos de Roca Rey, su rejilla y los toros a través de varias faenas en Sevilla, Madrid, Bilbao o Santander. Serra nunca mira más allá de la burla, desterrando al público (y con él, todos los debates posibles) fuera del campo, un mero ruido de fondo. Es una estrategia que vale la pena fortalecer la sensación de patio de tamaño sillón, pero también borrar el presente y sentir que lo que vemos podría pertenecer a cualquier momento. Roca Rey, en ‘ Tardes de soledad’, Albert Serra. El principal interés de Serra es Roca Rey, el toro y ese impresionante coro que forma la cuadrícula. El torero apenas habla mientras no se callan. Leemos cada trabajo a través de un grupo de hombres bronceados que ponen su filosofía de vida —»El rapto», dice uno, «La verdad», todos insisten al servicio del rito (con su violencia insoportable) y mito. Con un lenguaje entre lo popular y lo elevado, la cuadrícula muestra un mundo de hombres («¡Huelo tus bolas»!) cuyo baile rudo destaca la elegancia ambivalente del tirador. Con la imagen omnipresente de la virgen en la mesa del torero, la secuencia inusual y sublime de Roca Rey con luces revela una ambigüedad homoerótica de enorme piedra caliza. La manera de colocar las medias rosas y blancas en su cuerpo fino y desnudo, sólo con un rosario en la piel del pecho, y su cara de niño, entrone con una liturgia tan sagrada como pagana. Un teatro de vida en el que el torero es todo: hombre, mujer, animal y niño. El mundo de tauromaquia siempre fascinaba al cine. Hay el Manolete sin terminar, de Abel Gance (1944), primero interrumpido por razones financieras y más tarde por el cogido mortal del torero, o el tercer episodio (La Fiesta) de Mayo México Live (1932), de Serguéi Eisenstein. Hasta los noventa la lista es larga. De Tarde de toros, de Ladislao Vajda a Torero!, de Carlos Velo, ambos de 1956, o al momento de la verdad, la película de 1965 de Francesco Rossi protagonizada por Miguel Mateo Miguelín y escrita por Pere Portabella, Ricardo Muñoz Suay y Perico Beltrán. Todos están protagonizados por los toreros y todos se refieren al hambre de Martin Patino en Torerillos. Leer más Leer todas las reseñas de la película La mirada minuciosa de Serra (reducido casi una docena de carreras con un mínimo de tres cámaras) consigue que la ceremonia y su sacrificio, anclado en la iconografía de un mundo antiguo, se miden con un disco de película experimental que juega el abstracto a través del color, banda sonora o sonido. Tal vez la televisión de los toros popularizó el primer plano en la plaza, pero la soledad de Tardes nos lleva a otro lugar, otras cosas se ven, como los planos recurrentes del animal antes de su último suspiro. Su sufrimiento importa tanto como el deseo de la gloria del torero. Serra persigue lo inalcanzable, la armonía entre la tragedia y el misterio, la dignidad animal y el torero del pundoriente, y alcanza prodigiosamente para tocarlo. Tards of solitudeAddress: Albert Serra. Género: documental. España, 2024. Duración: 125 minutos. Comunicado: 7 de marzo.

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En Torerillos, el cortometraje de Basilio Martín Patino en 1961 sobre las maletillas que persiguieron a los masacradores de la ciudad a la aldea con el único objetivo de arañar cuatro pases en capas, becerradas y eyaculaciones, la voz de Fernando Rey habló del «deseo, pobreza y miseria» de estos jóvenes atrapados en un trágico misterio, para querer ser un torero. Continuar leyendo Solitude AwardsAsesor: Albert Serra.. Género: documental. España, 2024.. Duración: 125 minutos.. Comunicado: 7 de marzo.

 

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