Ante una seria e interesante corrida de Saltillo, Luis Gerpe protesta un protestado giro al volante.
Con una fuerte ovación despidió la afición a Presidiario I, un toro nacido en enero de 2021, alisado con el número 36, de 563 kilos de peso, cárdeno de capa y perteneciente a la ganadería de Saltillo. Algunos incluso le incitaron a darse la vuelta. Con o sin ella, el caso es que Baluarte fue un toro de casta. De gran casta, hay que destacar. Un animal fiero y muy exigente (obvio) que siempre iba a más durante la batalla. Un toro, por tanto, en peligro de extinción. Una rara avis en esta especie casi aniquilada a causa del monoencaste y la búsqueda obsesiva de la nobleza. Algunos dirán: «Pero era muy difícil». Ahí está el mérito. Tenían que estar muy bien colocados para domar la fuerza de la naturaleza. Que se lo digan a los pendones Joao Pedro, que estuvo a punto de sufrir un serio percance tras dejarse un par por toda la cara y ser perseguido y cogido por el bueno del Baluarte. Como resultado, el simulacro está abierto. Nada para lo que podría ser. Antes, el de Saltillo había completado en tres entradas a caballo. Luego, en el último tercio, siguió avanzando. Siempre pronto, en cada cite, también en la distancia, se arrancaba como una exhalación. No perdonó un fallo y pareció loco cuando Luis Gerpe le hizo cosas por arriba, listo como él solo. Una prueba demasiado difícil para un torero tan desagradable. Lo mismo. Gerpe, que ya lo había intentado sin luz frente a la tercera bengala, dio muchos medios mecánicos, pero nunca se unió. Hasta casi el final. Tuvo que levantar la piqueta para que el diestro toledano, a base de puntería, dejara los mejores mutis por la fábrica. Mató al primero -el único en toda la tarde- y algunos le pidieron la oreja. El presidente no se la concedió y, pese a las protestas, dio media vuelta. La sensación es que, a pesar de acabar colgado en la desolación, aquella batalla la había ganado el Presidente. Hubo otro toro clavado en la grave y desigual corrida de Saltillo (maltratada, como siempre, por los picadores). Era el segundo, primero del lote de Javier Castaño, obligado a saludar tras el paseíllo en su despedida de Madrid. Un cariñoso reconocimiento a la más digna y desagradable trayectoria del torero salmantino, degustada ante las divisas más duras del campo bravo. Demasiado lejos quedan, sin embargo, aquellas temporadas en las que, junto a esa última banda de arte, brilló como ejemplo de matador honesto y cortés. Los años pesan y Castanos demostró que ya no sirve para estas bebidas. Ni ante el duro Millorquito -boca cerrada hasta el último suspiro- ni ante el complicado cuarto, que se quedó muy corto, dio nunca el paso. Voluntario anduvo por su parte el confirmante Cristóbal Reyes, despegado casi siempre y pesado en operaciones innecesariamente largas. Sólo al final de ambas faenas, y ante un lote que se movió sin maldad, dejó algunos pasajes de precioso teple. Saltillo / Castaño, Gerpe, ReyesToros de Saltillo, bien presentados en conjunto (alguno justo de superar), muy serios y astifinos por delante, y de juego desigual. La mayoría de ellos, duros. El segundo y sobre todo el quinto, feroces, muy ovacionados en el artracti. Javier Castaño, una media estocada, por la espalda y por la espalda (silencio), dos estocadas, estocada corta por la espalda, una estocada y tres por la espalda (silencio). Luis Gerpe: estocada corta delantera y puesta _ aviso _ y puesta _ segundo aviso _ (silencio), estocada (vuelta protestada tras petición de oreja minoritaria). Cristóbal Reyes, que confirmó alternativa: dos socajos _ aviso _, media socada stocada, una socada _ segundo aviso _ y otro socorro _ aviso (silencio), dos socajos _ aviso _, tres más socada y stocada caída _ segundo aviso _ (silencio). Domingo 27 de abril. Algo más de un cuarto de entrada (10, 353 espectadores, según la empresa).
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Con una fuerte ovación despidió la afición a Presidiario I, un toro nacido en enero de 2021, alisado con el número 36, de 563 kilos de peso, cárdeno de capa y perteneciente a la ganadería de Saltillo. Algunos incluso le pidieron que se diera la vuelta. Con o sin ella, el caso es que Baluarte fue un toro de casta. Hay que destacar la importancia de la gran casta. Un animal fiero y muy exigente (obvio) que siempre iba a más durante la lidia. Seguir leyendo Saltillo / Castao, Gerpe, ReyesToros de Saltillo, bien presentados en conjunto (algunos recién superados), muy serios y adelantados, y de juego desigual. La mayoría son duros. Destacaron el segundo y, sobre todo, el quinto, fiero, fuertemente ovacionado en el arrastre.. Javier Castaño: media estocada, trasera y trasera (silencio), dos estocadas, estocada corta trasera, una estocada y tres descalzos (silencio).. Luis Gerpe: estocada corta delantera y lance _ aviso _ y segunda _ aviso _ (silencio), estocada (vuelta protestada tras petición de oreja minoritaria).. Cristóbal Reyes, que confirmó la alternativa: dos pinchazos _ aviso_, media estocada dada y pasada, un pelo _ segundo aviso _ y otro pelo (silencio), dos pinchazos _ aviso_, tres pinchazos más y estocada caída _ segundo aviso _ (silencio), y un pelo _ segundo aviso _ (silencio). . Corrida de toros de Las Ventes. Domingo 27 de abril. Poco más de una cuarta parte del aforo (10, 353 personas, según la organización)).