Para reconstruir un casco de samurái que llegó a España en el siglo XVI, la compañía Ubisoft y Patrimonio Nacional unen fuerzas con el lanzamiento de «Assassin’s Creed Shadows» para reconstruir un casco de samurái.
Los videojuegos son una puerta de entrada a la reconstrucción histórica, algo cada vez más frecuente, y que esta mañana ha visto su última muestra en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid, donde el miércoles se exhibió la restauración de un conocido casco de samurái japonés. Una colaboración entre el museo y la empresa francesa Ubisoft, cuyo juego más reciente, Assassin’s Creed Shadows, está ambientado en el Japón feudal y cuenta con una importante cantidad de documentación y reconstrucción histórica. «Esta colaboración no solo permite promocionar el juego y el museo», ha declarado Víctor Cageao, director de la galería. También demuestra que la tecnología, el entretenimiento y el patrimonio son cosas complementarias que pueden contribuir a acercar el legado histórico a todo el mundo. La propia pieza reconstruida también ejemplifica la relación entre España y Japón. El casco de guerra o kabuto del museo, que fue la primera delegación japonesa en llegar a suelo europeo, es una reliquia especial en el mundo y fascinó al mismísimo Felipe II cuando llegó a España en 1584. El casco había sido dañado casi en su totalidad durante el incendio que sufrió la Real Armería en 1884. Lo que ha hecho Ubisoft, junto con la compañía de arte Factum, es reconstruir el casco tal y como se veía entonces: rojo, con unos grandes y terroríficos ojos amarillos y con unos sombríos y blancos bigotes. Ambas versiones, la destruida y la reconstruida, podrán verse en un espacio preeminente hasta el 6 de abril, y después pasarán a formar parte de la colección. Este miércoles, además de representantes de Ubisoft, asistieron Shinji Minami, Ministro de la Embajada de Japón en España, e Hiroko Ikeda, Consejera Especial de Cultura. Una imagen del juego, que sale al mercado el día 20. El casco (en su versión digital) también formará parte del propio juego, que se lanzará el 20 de marzo y que transporta a los jugadores al Japón feudal de la época de Azuchi-Momoyama (1573-1603), es decir, la reunificación del país. «El mundo digital nos está cambiando la vida, y es un revulsivo mental que nos hace replantearnos, como museo, el acercamiento a las personas», Álvaro Soler del Campo, responsable de la Real Armería del Palacio Real, también perteneciente a Patrimonio Nacional. «Lo más importante es que permite poner a disposición, a nivel planetario, un patrimonio cultural que de otra manera no llegaría a la gente». Es el primer ejemplo de la interacción entre dos naciones amigas, y tener acceso a este patrimonio en cualquier parte del mundo es la mejor aventura.
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Los videojuegos son una puerta de entrada a la reconstrucción histórica, algo cada vez más frecuente, y que esta mañana ha visto su última muestra en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid, donde el miércoles se exhibió la restauración de un conocido casco de samurái japonés. Una colaboración entre el museo y la empresa francesa Ubisoft, cuyo juego más reciente, Assassin’s Creed Shadows, está ambientado en el Japón feudal y cuenta con una enorme cantidad de documentación y reconstrucción histórica detrás. Seguir leyendo.