Sí a la rehabilitación, no a la demolición

El Premio Obel de este año no reconoce un edificio, sino la labor concienciadora de HouseEurope!, una iniciativa ciudadana que busca frenar la especulación que ha conducido a la crisis de la vivienda en Europa

  

La científica Alina Kolar (1990) es hija de inmigrantes eslovenos asentados en Graz (Austria). Su padre tenía un papel destacado en el sindicato de trabajadores de su empresa y ella heredó esa creencia en el apoyo y la reivindicación colectivas. El austriaco Olaf Grawert (1987) es arquitecto y urbanista en Berlín. Juntos pusieron en marcha HouseEurope!, una organización sin ánimo de lucro que funciona como un laboratorio de políticas para proteger el entorno construido en Europa.. Más información. ¿Cómo podría mejorar mi ciudad?. Partiendo de la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) —una herramienta de democracia participativa que, a partir de un millón de firmas permite a la ciudadanía tener voz directa en la resolución de cuestiones críticas y en la creación de nuevas leyes de la UE— ellos crearon HouseEurope! para movilizarse contra la demolición innecesaria y empobrecedora que caracteriza el paisaje urbano europeo. No se trata, en esta ocasión, de proteger edificios artísticos, se trata de no demoler lo que todavía está vivo, sano y es útil como parte del equilibrio económico, social y medioambiental del continente.. Así, este año, HouseEurope! ha recibido el premio OBEL, un galardón que defiende el potencial de la arquitectura para actuar, precisamente, como agente de cambio. En anteriores ediciones, OBEL había reconocido el trabajo del japonés Junya Ishigami, de la alemana Anne Heringer, o, el año pasado, del Colectivo mexicano C733, que firmó 36 proyectos de obra pública en menos de dos años.. Intervenciones de las campañas de concienciación y protesta de HouseEurope!HouseEurope!. En esta ocasión, el jurado no premia un edificio, sino una resistencia: la advertencia de las consecuencias sociales, medioambientales, culturales y económicas de la especulación en los proyectos arquitectónicos. “Priorizar el beneficio económico por encima de las personas y el planeta está directamente relacionado con el aumento de los precios de la vivienda, el incremento de las emisiones de CO2, el agotamiento progresivo de los recursos naturales, la pérdida de empleo local y la erosión del patrimonio cultural”, explican desde HouseEurope!. El sector de la edificación es el mayor emisor de CO₂ en Europa (38 % de las emisiones) y la industria de la construcción es la principal generadora de residuos (36 %), según la UE. El enorme impacto ambiental del sector obliga a cuestionar su funcionamiento. Eso es lo que el colectivo HouseEurope! propone. ¿Cómo? Movilizando el apoyo ciudadano hacia un cambio de paradigma que reconozca el potencial de la renovación.. Interior de la Tate Modern cuando era Central Eleéctica.Marcus Leith (Tate / Tate Images). Ni la obsolescencia ni las catástrofes están detrás de la demolición de los edificios europeos (uno por minuto según House Europe!) es la especulación financiera la que lleva a demoler tantos edificios útiles y sanos. El resultado es catastrófico: aumento de alquileres, emisiones innecesarias de CO2, ciudades perpetuamente en obras…. Por eso, HouseEurope! busca aprobar nuevas leyes europeas que faciliten la renovación y transformación de edificios, haciéndolos más accesibles, asequibles y socialmente justos. Para tratar de conseguirlo, necesita un millón de firmas en todos los estados miembros antes del 31 de enero de 2026, que le permitan promover un cambio de valores en el parlamento. (Firma la petición aquí).. Intervenciones de las campañas de concienciación y protesta de HouseEurope!HouseEurope!. “HouseEurope! cuestiona la cultura de la demolición y aboga por un cambio legislativo. Trabajar con los edificios existentes no debería ser solo una elección de diseño, es una necesidad social y ambiental”, ha declarado Nathalie de Vries, del estudio holandés MVRDV que ha sido la presidenta del jurado de este año.. Más allá de la campaña de HouseEurope!, el premio ha apoyado su decisión en la renovación, el antes y el después, de significativos edificios europeos como la transformación de una central eléctrica en la Tate Modern de Londres, que firmaron Herzog & de Meuron; el aislamiento y mejora del edificio de 530 viviendas firmado por Lacaton/Vassal en Burdeos o la renovación del inmueble belga The Cosmopolitan, que diseñaron Bogdan&Vanbroeck en Bruselas.

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La científica Alina Kolar (1990) es hija de inmigrantes eslovenos asentados en Graz (Austria). Su padre tenía un papel destacado en el sindicato de trabajadores de su empresa y ella heredó esa creencia en el apoyo y la reivindicación colectivas. El austriaco Olaf Grawert (1987) es arquitecto y urbanista en Berlín. Juntos pusieron en marcha HouseEurope!, una organización sin ánimo de lucro que funciona como un laboratorio de políticas para proteger el entorno construido en Europa.. Seguir leyendo

 

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